Las autoridades policiales lograron detener a un sujeto, quien está acusado de haber asesinado de 11 cuchilladas a uno de sus amigos porque la víctima habría manoseado a su hija de 14 años.
El tremendo suceso -tal como en su momento publicamos en exclusiva- se descubrió cuando los servidores públicos hallaron el cadáver putrefacto en un predio abandonado de canchas de paddle, en la localidad bonaerense de Olivos, en el partido de Vicente López.
El responsable del macabro crimen fue apresado, al ser rastreado por los datos de una tarjeta del Sistema Único de Boleto Electrónico (SUBE). Voceros judiciales revelaron que la infortunada víctima fue identificada como Daniel Esteban Ruiz, de 35 años.
El hecho se descubrió el 26 de febrero pasado cuando integrantes del Comando de Prevención Comunitaria (CPC) de Olivos recibieron una denuncia al número telefónico de emergencias 911, que hacía referencia a una persona muerta en un complejo abandonado de canchas de paddle situado en la avenida Del Libertador al 3400, en el cruce con la calle Capitán Justo de Bermúdez, en Olivos.
De inmediato, los efectivos de seguridad arribaron al citado lugar, oportunidad en la que vieron el cuerpo sin vida de un hombre, que tenía un elevado grado de putrefacción. Trascendió que el occiso, que yacía cubierto por un cartel publicitario, presentaba al menos 11 heridas de arma blanca (la mayoría de ellas en la región craneana).
Investigaciones
Pesquisas policiales de la comisaría de Olivos comenzaron a trabajar para aclarar el terrible caso, en colaboración con el personal destinado en la Delegación Departamental de Investigaciones de Vicente López.
El fallecido no tenía documentación, pero, en el escenario del asesinato, los servidores públicos incautaron una tarjeta SUBE. La misma carecía de titular, ya que no estaba registrada.
Debido a este motivo, las autoridades resolvieron analizar, con el sistema informático, los movimientos de la tarjeta y descubrieron que se la había utilizado, por última vez, el 14 de febrero de 2016 para realizar un viaje en colectivo.
El trayecto se iniciaba en la esquina de Almirante Brown y la avenida Centenario, a muy pocos metros de la estación de trenes de San Isidro, y finalizaba en Olivos.
Con estos datos, los investigadores solicitaron observar las imágenes captadas por las cámaras de vigilancia de San Isidro, oportunidad en la que descubrieron que aquel día, en el citado lugar y basándose en la hora de uso de la tarjeta, 2 hombres subieron a un ómnibus.
Los policías empezaron a dialogar con los comerciantes de esa zona, quienes les narraron que había 2 sujetos de estas características, que residían precariamente en un estacionamiento subterráneo de rodados abandonado, ubicado en las proximidades a la estación ferroviaria.
Posteriormente, los policías apresaron al asesino, de 36 años, quien era amigo de Ruiz, aunque había jurado vengarse de él, porque afirmaba que había manoseado a su hija, de 14 años. Se estima que el criminal, mediante una excusa, logró engañar a la víctima y la trasladó hasta Olivos, donde la atacó mortalmente. Al sospechoso le fueron incautados 3 cuchillos y se asegura que uno de ellos tenía manchas de sangre. La identificación del muerto se hizo luego de la detención del peligroso forajido. Intervino en la causa, que fue caratulada “Homicidio”, el doctor Martín Gómez, de la Unidad Funcional de Vicente López Este, dependiente del departamento judicial de San Isidro.
