A Karina Vetrano la estrangularon hasta su muerte. Le rompieron los dientes y la golpearon hasta el cansancio. Las pericias indicaron que peleó por su vida, aunque no fue suficiente. El asesino se salió con la suya y la mató el martes pasado, aquella mañana en la que salió a hacer su rutina de gimnasia en un parque de Nueva York. El “fitness” era su pasión, tal como lo compartía en sus perfiles digitales.
El crimen de esta bloguera de 30 años conmovió a las redes sociales de todo el mundo. Sus más de 12 mil seguidores de Instagram no comprenden todavía lo que ocurrió. Su padre la encontró entre los arbustos: salió a buscarla cuando se preocupó por su ausencia y dio con el cuerpo.
La Policía todavía busca al autor material del homicidio y ofrece 10 mil dólares por datos que ayuden dar con el responsable. Robert Boyce, uno de los detectives, reveló que en el cuerpo encontraron signos de violencia sexual. También dijo que no descartan que el agresor haya localizado a la víctima por las fotos de Instagram. Por eso, cerraron su cuenta para que especialistas avancen sobre esa hipótesis.
Los amigos de Karina descartan que haya tenido enemigos y su exnovio ya fue descartado como sospechoso. La despidieron ayer con una misa en la iglesia Saint Hellen, en Howard Beach, Queens.