La palabra de Donald Trump era la más esperada tras el tiroteo en Las Vegas, que terminó con la muerte de 50 personas. “Fue un ataque terrible”, dijo el presidente de los Estados Unidos, que condenó la agresión, a la que calificó como “un acto de pura maldad”. El mandatario evitó hablar de la hipótesis de un atentado terrorista, versión que cobró fuerza luego de que el grupo extremista islámico ISIS reivindicara como propio el ataque.
“Anoche un tirador solitario abrió fuego contra una multitud en un concierto de música country en Las Vegas, Nevada. Masacró brutalmente más de 50 personas y fue un acto de pura maldad”, dijo el mandatario en un pronunciamiento al país, desde la Casa Blanca. Recién el miércoles viajará a Las Vegas para reunirse con los familiares de las víctimas y los policías que actuaron contra el atacante, que se suicidó al verse acorralado por las fuerzas de élite (SWAT).