Al menos 53 personas murieron y decenas resultaron heridas el lunes al estallar una bomba en medio de una multitud de abogados en duelo congregada frente a un hospital de Quetta, en el sudoeste de Pakistán.
La explosión produjo una carnicería frente a la sala de urgencias del hospital civil de Quetta, donde unas 200 personas estaban reunidas tras el crimen pocas horas antes del presidente de la Asociación de Abogados de Baluchistan, Bilal Anwar Kasi, tras ser asesinado a tiros por un grupo de hombres sin identificar.
Se trata del segundo atentado más letal cometido en Pakistán este año, después del ataque suicida que a fines de marzo mató a 75 personas, entre ellas muchos niños, en un parque de Lahore, donde la minoría cristiana celebraba la Pascua.
Hasta el momento ningún grupo revindicó el asesinato del abogado ni el atentado contra el hospital. Numerosos grupos armados -islamistas, antichiítas, separatistas, etc.- están implantados en Baluchistán, una provincia fronteriza con Irán y Afganistán rica en hidrocarburos.
“La explosión se produjo cuando los abogados se habían reunido delante del servicio de urgencias. Algunos habían entrado y otros permanecían junto a la entrada”, contó el doctor Adnan, del hospital civil de Quetta.
“Hubo una tremenda explosión y de pronto todo se volvió oscuro. Al principio creí que se había derrumbado un edificio. Luego hubo gritos”, agregó.
Muchos abogados y periodistas habían acudido al hospital después del asesinato de Bilal Anwar Kasi, abatido por dos individuos armados cuando salía de su domicilio.
El primer ministro paquistaní, Nawaz Sharif, condenó el atentado y ordenó reforzar las medidas de seguridad. “No dejaremos que nadie perturbe la paz de esta provincia, que hemos conseguido restaurar a costa de tantos sacrificios de las fuerzas de seguridad, de la policía y de la población”, afirmó el jefe de gobierno en un comunicado difundido por su despacho.