Martes de furia en la AFA

Las reuniones por el reparto del dinero que adelantó el Estado no conformó a ninguna de las categorías: "La Primera arranca; los dirigentes del ascenso tienen que repensar su postura", dijo Armando Pérez

Gritos y discusiones. La AFA vivió un día de furia. El tercer piso del edificio de Viamonte se transformó en una guerra de vanidades y en una lucha por el reparto de los 300 millones de pesos del Fútbol para Todos. Una tarde-noche digna de una película de Fellini.

Luego del sorteo del torneo de primera división, el recinto de Asamblea se transformó en una olla en ebullición que explotó varias veces en seis horas. Primero, los clubes de primera improvisaron una reunión para determinar los lineamientos para reunirse luego con el Comité de regularización.

En esta reunión, los clubes buscaron ponerse de acuerdo para resolver el comienzo del certamen, la solidaridad con el ascenso y la conformación de una comisión para negociar directamente con el Gobierno para pedir más dinero por los derechos de TV o buscar una salida al contrato actual para negociar con un privado.

Cerca de las 16, Armando Pérez llegó a la sede de la AFA para reunirse con sus compañeros de Comité de Regularización y analizar la propuesta de reparto de los 300 millones de pesos adelantados por el gobierno (tanto entre las distintas categorías como dentro de las tres categorías de la primera división).

En ese momento, en el quinto piso en la sala de reuniones del Consejo Federal los clubes de la B Nacional, con asistencia casi perfecta, realizaron otro encuentro en el que se sumó indignación y enojo.

Al enterarse que el Comité de Regularizacón ya estaba reunido con la Primera división y que estaban gestionando los 300 millones de pesos que el Gobierno acreditó en la cuenta de AFA, los dirigentes del Nacional B bajaron dos pisos en busca de respuestas.

Los dirigentes del ascenso ingresaron de manera intempestiva en el salón de Asamblea, exigiendo participar de la discusión.

Javier Medín, uno de los integrantes del Comité de Regularización, se retiró y dijo: “Así no se puede dialogar”. Argumentó que las problemáticas de las categorías eran distintas y que requerían charlas por separado.

Por ese motivo, los dirigentes del ascenso abandonaron la Asamblea y se reunieron en la antesala del tercer piso. “Acá los esperamos y nos van a tener que dar explicaciones”, dijo desafiante uno de los vicepresidentes representativos de la Primera B. Tras una hora de espera, pudieron ingresar a la Asamblea tras la llegada de Claudio “Chiqui” Tapia.

Cerca de 50 dirigentes tomaron el salón mientras varios dirigentes de primera se alejaban; algunos desilusionados por una negociación que les daba menos plata de lo prometido, otros furiosos, y otros angustiados por los crecientes problemas económicos: “El Gobierno nos había dicho que si aprobábamos la Superliga habría 2500 millones para repartir. Hice una proyección con compromisos de un plantel y ahora voy a recibir mucho menos. Estoy casi 13 millones abajo de lo presupuestado”, se lamentó un presidente del tercer grupo de primera división.

Mientras tanto, los gritos se multiplicaron en la sala de reuniones con los clubes del Nacional B, Primera B y Primera C. Tras evaluar la propuesta, se dieron cuenta de que recibirían casi lo mismo que obtuvieron en la última cuota del semestre pasado.

“Nos dicen que nos van a pagar 78 mil pesos por mes. Sólo por abrir la cancha, pagarle al plantel y los operativos policiales me dejan con deuda…. Que se vayan a la m…. con la FIFA y la Conmebol”, enfatizó un presidente de la Primera C que se fue casi al borde de las lágrimas.

Después de una jornada muy compleja, Armando Pérez cerró el día tratando de poner algo de calma: “Primera va a arrancar y ningún dirigente me dijo lo contrario. El ascenso tiene que repensar su postura porque la presión no mueve el amperímetro. Yo me voy a hacer cargo de ahora en adelante pero no del pasado”.