El jefe de Gabinete, Marcos Peña, insistió hoy con que el proyecto oficial de reforma política “no se cayó” y sostuvo que sigue “bloqueado por un senador kirchnerista”. Remarcó que desde el Gobierno “siguen esperando el debate”.
Asimismo, señaló que para lograr la aprobación de la iniciativa hay que “seguir peleando por muchísimas reformas que hacen falta en Argentina. No vale decir que ya cayó el proyecto caído es cuando se rechace en las dos Cámaras y eso no ha pasado, de hecho una de las cámaras ya lo aprobó”, expresó en diálogo con el programa Corresponsales en línea, que emite Radio de la Ciudad.
“Seguiremos buscando consenso, dialogando, pidiendo que den el debate, de última que despachen el proyecto de [Juan Manuel] Abal Medina, que es distinto al nuestro pero que den voluntad de diálogo. La reforma política no se cayó, está bloqueada por un senador kirchnerista que no quiere dar el debate [porque], la mayoría de los gobernadores se ha manifestado a favor, la Cámara de Diputados y la sociedad se han expresado a favor. […] Seguimos diciendo que tenemos tiempo hasta el 30 de diciembre, vamos a seguir esperando el debate”.
Si no es este año, dijo, “seguirá más adelante avanzando en la vocación de transformar el sistema electoral de los argentinos. Es parte de la fortaleza de la situación actual, no lo vemos como situación de debilidad”.
En una entrevista publicada hoy en LA NACION, Abal Medina dijo sobre las acusaciones del Gobierno contra los gobernadores que frenaron la reforma política: “Los gobernadores que hablaron son los mismos que vinieron al Senado a pedirnos que apoyáramos el acuerdo con los holdouts. Pareciera que cuando vienen por cuestiones que al Gobierno le parecen bien, está bien, y cuando vienen por algo que va en sentido contrario, pasan a ser los malos de la película. En mi caso y en el de [Omar] Perotti no logramos consenso para lo que creemos es una buena solución: impresión electrónica del voto y conteo manual”.
“¿El Gobierno fue ingenuo?”, se le consultó. “No diría ingenuo”, contestó. “Creo que Macri cometió unos cuantos errores, como pensar que un proyecto como éste, de clara naturaleza federal, puede estar cuatro meses discutiéndose en Diputados y en el Senado, menos de un mes. La principal característica de un sistema electoral es que tiene que ser confiable y si, por apremio, se aprueba un sistema que para un sector no es confiable va muy contra el sentido de la democracia”.