El microclima de Marbella, en el sur de España, convierte a la ciudad malagueña en un rincón privilegiado dentro de la geografía española. Aquí se goza de una temperatura media anual de 18 grados y de unos 320 días soleados repartidos en los 12 meses del calendario. Cualquier momento es bueno para escaparse a Marbella.
Si hay un evento que representa mejor que ninguno este momento, en que termina la temporada alta y comienza el otoño, es la gran fiesta del closing en el Ocean Club Marbella, el beach club más exclusivo de Puerto Banús.
Con menos gente, más calma, comienza una época fantástica para descubrir la magia de este lugar cuyo eslogan turístico lo dice todo: “Marbella, Destino Cinco Estrellas”.
Está claro que ese eslogan es un referencia a su oferta hotelera de alta categoría, de hecho es el lugar de Andalucía donde más hoteles de 5 estrellas hay. Pero también plantea un juego con los cinco referentes que motivan un viaje a la ciudad marbellí, un lugar atractivo por su entorno natural, su gastronomía, sus abundantes campos de golf, sus más de 20 kilómetros de playa y por su gran emblema: el lujo.
Sabores locales e internacionales
Pocas ciudades del mundo, con una población menor a 140.000 habitantes, presume de tener cuatro restaurantes con una estrella Michelín, incluso el local que regenta Dani García posee dos. Eso ya nos da una idea sobre la oferta gastronómica de la ciudad. La propia competencia entre restaurantes hace que prácticamente esté garantizado que cualquiera ofrezca un suculento festín.
Porque si la calidad es la norma, también lo es la variedad con lugares tan variopintos como el innovador e internacional restaurante Zozoï en el corazón de la ciudad antigua de Marbella, o los exquisitos platos del Restaurante Santiago en el Paseo Marítimo desde hace más de cinco décadas. Un lugar por el que pasaron todas las celebrities que visitan Marbella. Es una garantía de buena mesa y mejor trato.
Deporte y lujo
Si el número de restaurantes de calidad o de hoteles de alta gama en Marbella impresiona, lo mismo se puede decir de sus campos de golf. ¡15 campos de 18 hoyos! Ninguna otra ciudad española los tiene. Y el más antiguo de todos ellos es el Real Club de Golf Gualdamina, que abrió en 1959.
Hay que recordar que a su fundador lo tildaron de loco por sembrar, regar tanto y segar la hierba antes de que creciera. Y él respondía que la cosecha del golf tardaría años, pero llegaría. Hoy es en uno de los puntales para la economía local, atrayendo a jugadores de toda Europa que ahora mismo tienen en sus países natales los campos embarrados, mientras que la meteorología marbellí les deja jugar cualquier día del año.
Playas y entorno natural
Lógicamente, sus playas repartidas a lo largo de los 27 kilómetros del litoral municipal, también son parte de los atractivos, epicentro del verano. Unas playas de arena fina en las que siempre se puede tomar el sol.
Sin embargo, el atractivo más más sorprendente y desconocido es el entorno natural. El entorno marítimo es obvio a orillas del Mediterráneo, sin embargo resulta una grata sorpresa estar en la playa y girar la cabeza 180º hacia el interior y descubrir el volumen imponente de la Sierra Blanca.
Su perfil agreste se eleva hasta alturas máximas superiores a los 1.200 metros, pero no se trata de una montaña simplemente fotogénica (que lo es). Además es la gran responsable del benigno clima de la zona y por supuesto ofrece un sinfín de senderos y pistas para bici donde practicar deporte, disfrutar de unas vistas increíbles y asombrarse de pronto haciendo una actividad completamente inesperada durante unas vacaciones en Marbella.