A sólo cuatro días para las PASO, Mauricio Macri redobló la apuesta sobre una de sus promesas de la campaña que lo llevó en 2015 a la Casa Rosada: “Vengo a liberar de la pobreza a los argentinos. La gente no es pobre sino que está pobre. En Boca decían que iba a convertir al club en un lugar sólo para ricos, pero ahora es el más popular del país. Espero que el próximo informe del Indec muestre un cambio de tendencia de la pobreza”.
Macri fue a fondo. No tuvo inconvenientes para hablar sobre política, economía o, incluso, el kirchnerismo. “Mi gobierno habrá fracaso si no baja la pobreza“, aseguró el Presidente en América. “Lo primero que hice fue normalizar el Indec. Ahora, las dos cosas más importantes son crear empleos de calidad y mejorar el sistema educativo”, enumeró.
El líder de Cambiemos no se olvidó de la “herencia recibida” del gobierno de Cristina Kirchner. “Los kirchneristas querían tener una sola visión de país, como lo hace Nicolás Maduro en Venezuela; y quienes pensaban distinto eran considerados traidores a la Patria. Ella debe tener un problema psicológico, debe pensar que sigue al mando del país”.
“El círculo rojo me criticó por no ser tan duro con el gobierno anterior“, continuó Macri y agregó: “Quiero ser el puente entre lo que somos y lo que podemos ser. La Argentina ya arrancó, la economía está creciendo, aunque no todos lo sientan. En Boca me costó tres años empezar a ganar títulos”.
“Las bandas narco no se jode, no hay excusas para ser cómplices, hay que echarlas a patadas. Esta es la peor de las mafias porque destruye a muchas familias. Nunca se había secuestrado tanta droga como en este gobierno“.
Macri también aprovechó la ocasión para destacar a dos de sus socias más importantes en Cambiemos. “Me decían que necesitábamos a un hombre en la provincia, pero María Eugenia Vidal es lo mejor que le pasó a los bonaerenses en muchos años. Con Elisa Carrió hay confianza, entendimiento y afecto. Compartimos los valores sobre la verdad, la transparencia y la república”, concluyó.
El Presidente se esperanzó sobre una posible llegada del Papa Francisco en 2018 a Argentina: “Ojalá que venga. La relación es buena y es la misma que teníamos cuando yo era jefe de Gobierno porteño y él era el cardenal Jorge Bergoglio”.
