A raíz de esta polémica, las redes sociales explotaron y en Twitter se volvió tendencia. Al tomar conocimiento de este hecho, el periodista borró la publicación, pero ya era tarde. Los usuarios habían podido capturar la imagen y volver viral.
Su mascota junto a su computadora. Hasta ahi nada raro. Sin embargo, el periodista no tuvo en cuenta un detalle que se pudo apreciar en la imagen: en la pantalla se vio las pestañas en las que navegaba. Una de ellas se trataba de páginas de pornografía homosexual.