-¿Qué es la Sociedad Rural hoy?
-Luego de la ley de sucesiones, las grandes superficies de explotaciones extensivas fueron partidas. Hoy hay cientos de miles de productores medios altamente tecnificados, el 90% son explotaciones familiares que adoptan tecnología y que son un boom a nivel mundial en lo que se refiere a producir de una manera amigable con el medio ambiente. Ese sector ha hecho que hoy en la Argentina estemos produciendo alimentos para 400 millones de personas y en 5 o 6 años vamos a estar produciendo alimentos para 680 millones de personas y generar 1.300.000 puestos de trabajo.
-¿Qué fue lo que sucedió en la crisis del campo para que el pequeño productor esté del mismo lado que un gran terrateniente?
-El campo en la Argentina trabaja en red desde hace años: cada uno es indispensable en una parte de la producción. El chico no está en contra del grande sino que trabajan juntos. Hay personas que tienen mayor o menor volumen pero a lo mejor se junta para comercializar o son socios todos de la misma cooperativa.
-¿Cuánta gente en total estima que está trabajando en el campo?
-Un tercio de la mano de obra argentina depende de la agroindustria. Hoy en día la cosecha implica 5 millones de viajes de camiones, el año que viene con el incremento de superficie, van a ser 6 millones. Eso significa aceite, cubiertas, noches de hotel, gastronomía, ventas de camiones, etc. Para graficarte, sólo en esta siembra se van a invertir USD 12.000 millones. A partir de este año vemos un cambio completo de las reglas de juego que hicieron que el campo ya se haya reactivado.
-¿Qué costo tiene un productor de soja norteamericano o hindú en transporte comparado con un productor argentino?
-Muchísimo más bajo. Nuestro campo es tan competitivo e importante en la provisión de alimentos a nivel mundial que solamente nos tenemos que comparar con nuestros competidores. Cuesta el doble traer una tonelada de un producto de Salta al puerto de Buenos Aires que del Puerto de Buenos Aires a Amsterdam o a Shangai y eso nos saca de comercio.
-¿Cuál es el estado actual de las rutas o los ferrocarriles?
-Se perdió el ferrocarril, lo cual fue una desgracia para la producción porque hasta pueblos enteros murieron por no tener conectividad con las ciudades grandes; las rutas están totalmente obsoletas, superadas de su capacidad y gracias a la tecnología, que vino a aliviar el tema, no tenemos un desastre. Las rutas fueron creadas en general cuando cosechábamos 20 o 30 millones de toneladas por año y ahora estamos en 110 millones. Hoy tendríamos que tener el triple de rutas, el triple de anchas y el triple de seguras para poder recibir ese tránsito.
-Me llamó la atención, viajando sobre todo por el interior, ver una gran cantidad de campos vacíos ¿A qué se debe?
-El primer párrafo del estatuto de la rural dice “fomentar las actividades agropecuarias y el arraigo en el campo” y eso obedece a diferentes factores. Si llueven cuatro gotas y no podés mandar a tus hijos a la escuela, a la primer oportunidad que tenés te vas a vivir al pueblo de al lado y así se empieza a despoblar una región.En la medida en que vuelva a haber una buena infraestructura la gente va a volver porque la calidad de vida va a ser mucho mejor.
-¿Cuál fue el sector que más padeció las políticas anteriores?
-La lechería. El precio internacional de la leche es muy fluctuante entonces uno tiene que dejar que el productor del tambero se capitalice en los momentos buenos para afrontar los malos.Cuando la leche en polvo estaba USD 5.000 la tonelada el gobierno anterior no dejó que percibiese un precio superior al equivalente a USD 1.500 y transfirió esa diferencia a otros eslabones de la cadena. Ahora se derrumbó el precio internacional, a nuestros competidores los agarró con plata en el bolsillo y a los nuestros, muertos.
-¿Qué sucede con la ley de semillas?
– En la Argentina hay una ley de semillas que prevé el uso propio para que todas las veces que quiera el productor pueda volver a sembrar la semilla que obtuvo y al momento de venderla puede hacerlo como grano al puerto o como alimento para animales. Lo que está prohibido es la venta como semilla a otro productor porque le está haciendo competencia a una empresa que invirtió para desarrollar tecnología. La crisis que hubo con Monsanto es que a través de una cláusula que se introdujo en la venta de semillas de todos los granos de la Argentina, hayan sido o no los productores clientes de Monsanto, los obligaba a una determinada cuestión. Hay que hacer una nueva ley de semillas que prevea todos los casos.
Por Gabriel Levinas