En una de las semanas más movidas que se vivió en Comodoro Py en los últimos tiempos, Luciana, la hija de Lázaro Báez que falta declarar en el caso de la ruta del dinero K, tendrá que sentarse frente al juez Sebastián Casanello.
La joven deberá presentarse en los tribunales federales para prestar declaración indagatoria, al igual que lo hicieron sus hermanos y su padre. La estrategia judicial que utilizaría sería la misma que la sus familiares: negar las acusaciones que hay contra ella y cuestionar al magistrado.
“En ningún momento he utilizado cuentas ni en el país ni en el extranjero para el lavado de dinero como quiere hacer creer a la prensa. No poseo cuentas en el exterior y nunca he estado en la sede de los bancos a los que hace referencia”. Esa fue parte de la declaración que dio por escrito Leandro Báez frente al magistrado que lo juzga.
Su hermana, Melina, presentó un escrito judicial en el que negó tener cuentas en el país o en el exterior para lavar dinero y acusó al magistrado de usar como prueba un informe de inteligencia de la Unidad de Información Financiera.
Por otra parte, Lázaro también había sido citado por el juez. Pero se negó a declarar y, en su testimonio en papel, habló de “mensaje disciplinante”. El empresario patagónico cuestionó la indagatoria porque se basó sobre información aportada por la UIF, que el propio organismo reconoció fue obtenida de manera irregular. “La Unidad de Información Financiera en cierta forma está admitiendo no haber seguido los carriles institucionales correspondientes”, recordó.