El yoga es definido por la Real Academia Española como el “conjunto de disciplinas físico-mentales originales de la India, destinadas a conseguir la perfección espiritual y la unión con lo absoluto”. Si bien esta práctica es cada vez más común en el país y se popularizó hace años tanto entre hombres como entre mujeres, existen diferentes tipos de yoga y no todos son tan conocidos. Básicamente, se diferencian según hagan hincapié en postura, filosofía, respiración o movimiento.
El más popular es el Hatha, también conocido como “el yoga de las posturas”. Es ideal para quienes están empezando y también recomendable para embarazadas. Se practica de forma pausada y suave, por lo cual no hay un rango de edad definido para quienes quieran animarse.
El yoga Iyengar es producto del maestro Bellur Krishnamachar Sundararaja Iyengar, quien “desarrolló una práctica en donde los elementos (Props) y las Asanas (posturas de Yoga) se complementan para acercar una correcta postura y posición al alumno”. Así lo dijo a Entremujeres Maru Brie, profesora de esta disciplina en Racket Club. “Las prácticas suelen ser largas y de mucha concentración”, agregó. Según la instructora, “el objetivo del maestro es ofrecer un instrumento de anclaje mental en las diferentes acciones y movimientos para alcanzar la transformación mental necesaria sin la cual no será posible la práctica de la meditación”. Entre los beneficios a destacar, Brie mencionó “la salud y la voluntad, además de los beneficios físicos como mejorar el descanso, las articulaciones y la respiración”. La instructora sintetizó, además: “El yoga Iyengar para mí reúne, por un lado, la intensidad (si sos de las disciplinas físicas) y, por otro, el relax para quienes también están necesitando darle un buen tónico a la mente y expandir la conciencia”.
La entrevistada también se refirió a otros tipos de yoga, al detallar el “Ashtanga y Método de Rose. Todos combinan el aspecto físico con la respiración y siempre apuntan a mejorar la calidad de vida de cada persona. Cada disciplina con sus prácticas, movimientos y posturas”. El primero, se caracteriza por tener movimientos más rápidos y fluidos, casi sin pausas.
El yoga de la Risa, también creado en la India pero recién en 1995, consiste en un mix de ejercicios de respiración con elongación, aplausos y juegos cuyo objetivo es provocar la carcajada. La idea de esta práctica es que, para el cuerpo, lo mismo da si la risa es auténtica que si es provocada o fingida: los resultados y beneficios a nivel fisiológico son iguales.
Por su parte, el Bikram, conocido como el de altas temperaturas, se practica en una sala climatizada entre los 40° y 45% de humedad. Los principios de esta modalidad aseguran que el calor favorece la relajación de los músculos e incrementa la flexibilidad.
En tanto, el Kundalini yoga, llamado popularmente “el yoga de la conciencia”, propone una práctica fuertemente apoyada en lo espiritual. Utiliza accesorios como velas e inciensos, en busca del equilibrio de las chakras. Así, este tipo de yoga se caracteriza por apostar a trascender la parte física.
Otro variedad es el Power yoga, contraindicada para principiantes por su alta exigencia física. Deriva del Ashtanga y se basa en posturas acompañadas de continuos movimientos –incluso saltos-, sin pausas en el medio.
Una de las corrientes más osadas, para aquellos libres de inhibiciones, es el yoga desnudo. Sin ropa y en búsqueda del equilibrio físico y espiritual, se basa en los ejercicios clásicos pero con la libertad absoluta que imponen los cuerpos desnudos.
Finalmente, puede mencionarse el yoga integral, que tal como su nombre lo indica, es un mix de distintas escuelas, donde se apela a la respiración, el canto, las plegarias y la meditación. Actualmente hay varias corrientes de esta práctica.