Ningún trabajador de la Salud Pública en toda la República Argentina tiene un salario inferior al que perciben los promotores de salud dependientes del Ministerio de Salud Pública de Misiones, quienes actualmente tienen un “sueldo” de 2.400 pesos por tareas que en teoría deberían ser de cuatro horas diarias pero que, dada la fuerte explotación laboral que pesa sobre el sector, llega a ser hasta de diez o doce horas diarias, según una denuncia hecha pública este domingo por la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) Seccional Misiones.
Esta remuneración -que equivale a 30 pesos por hora de trabajo- representa apenas un tercio del Salario Mínimo Vital y Móvil y menos de una quinta parte de lo que necesita un hogar para acceder a la Canasta de Consumos Mínimos establecida por la Junta Interna de ATE-Indec en un reciente ejercicio técnico.
Siempre según el gremio, “además de salarios de hambre, el sector padece una fuerte precarización laboral, sobrecarga horaria, asignación de tareas impropias, falta de indumentaria e insumos suficientes y persecución laboral para evitar la organización colectiva”.
En 2005, el Ministerio de Salud Pública de la Provincia implementó la figura del “promotor de salud”, figura bajo la cual 1.150 personas consideradas “becarias” prestan servicios “entre siete y diez horas por día por un sueldito que hoy es de 2.400 pesos, sin aguinaldo”, cuenta una promotora de la zona sur.
La gran cantidad de trabajadores que se mantienen dentro del sistema de beca contradice incluso el marco normativo –Programa de Formación de Agentes Sanitarios- que determina la necesidad de incorporar a los promotores a un régimen más digno. “Muchos nos formamos, nos capacitamos, incluso hay quienes están en la universidad, pero pasan los años y nos siguen explotando y pagando como becarios cuando claramente somos trabajadores de Salud Pública”, indica un promotor.
En teoría, un promotor de salud debiera realizar tareas durante cuatro horas por día, cinco veces a la semana. Dos de estas horas diarias debe desempeñarse en tareas específicas -que no debieran ser la de enfermería u administrativas- en hospitales o Centros de Atención Primaria y las dos restantes en “terreno”, es decir, en interacción con la comunidad en los barrios o colonias.
Sin embargo, la acuciante y dramática falta de personal que se evidencia en todos los ámbitos de la Salud Pública provincial desvirtuó de tal manera la carga horaria y las tareas de los promotores de salud, hasta alcanzar un régimen de explotación laboral que según detallan los trabajadores consultados, se viene profundizando cada vez más.
“Con toda claridad señalamos que lo que Salud Pública está haciendo es usar a los promotores de salud para tapar los agujeros que tienen los hospitales y CAPS por falta de personal. Nos mandan a hacer trabajos de enfermería, cubrir licencias de enfermeras sin que nos paguen por eso, hay compañeras que hacen Inmunizaciones y muchas que hacemos tareas administrativas cuando eso no es lo que corresponde. Todas estamos destinadas a hacer cosas que no tienen que ver con lo que establece el régimen sino a cubrir huecos”, advierten los trabajadores.
Además, denuncia ATE, los promotores padecen la falta de indumentaria adecuada y de insumos básicos para el desarrollo de su tarea, los “obligan a ir a cada acto político, a cada acto de campaña, a inauguraciones, a aplaudir para hacer número” y, para colmo, habría trabajadoras “que vienen recibiendo el hostigamiento de autoridades”.