El Gobierno prorrogó sin cambios los topes a partir de los cuales los autos cero kilómetro pagan impuestos internos. La actual escala rige desde el 1° de enero y establece que los autos cuyo precio final supera los 510.000 pesos (380.000 pesos de precio mayorista) pasan a pagar un tributo extra del 10%, en tanto los que superan los $ 1.200.000 ($800.000 mayorista) pagan el 20%.
Con esas escalas vigentes, ahora varios modelos de producción nacional quedaron en el borde del impuesto: aproximadamente una decena de medianos argentinos hoy cotizan al público entre 450.000 y 500.000 pesos, tras haber acumulado, en promedio, un incremento del 10% a lo largo del primer semestre. Si bien el aumento fue por debajo de la inflación que registra el INDEC, las automotrices deberán pisar los precios con presión extra para evitar que sus modelos alancen la línea que los dejaría fuera de mercado frente a sus competidores brasileños.
¿Qué modelos están en el límite? Según el listado de precios oficiales, a junio, de la Asociación de Concesionarios Automotores (ACARA), se acercan a los 500.000 pesos muchos autos nacionales (las pick ups están exentas de impuestos internos): tres versiones del Ford Focus, dos del Honda HRV, dos del Citroen C4 Lounge, una versión del Peugeot 308 y otra del Peugeot 408, dos del Chevrolet Cruze, la Mercedes Benz Vito para pasajeros, dos versiones del Renault Fluence y las tres Toyota SW4.
En cambio, los vehículos brasileños potencialmente afectados por el impuesto del 10% (que termina siendo del 11,5% en el precio al público) son bastante menos: una versión del Toyota Corolla, dos del Honda Civic y otra del Jeep Renegade.
¿Por qué el Gobierno no subió el techo del impuesto? Aunque no lo dicen en voz alta, desde el ministerio de Producción que conduce Francisco Cabrera y la secretaría de Industria a cargo de Martín Etchegoyen se asegura que buscan una manera de que las automotrices limiten las importaciones de vehículos, ya que el déficit comercial del sector, finalizado el primer semestre, resultó mucho más elevado que las previsiones a comienzos de año.
Cuando comenzó 2017, las empresas estimaban que los patentamientos (ventas internas) rondarían las 770.000 unidades. Pero sólo entre enero y mayo fueron patentados 375.000 cero kilómetro y, ahora, las estimaciones más conservadoras apuntan a una venta de entre 820.000 y 840.000 unidades para todo el año. Los más optimistas hablan del segundo mejor año de la historia, detrás del récord de 975.000 unidades de 2013. Dos tercios de todo ese volumen son unidades importadas, la mayoría desde Brasil. En cambio, las exportaciones siguen por el suelo, ya que Brasil sigue sin demandar más vehículos argentinos. De modo que la suba de la demanda interna incrementa el déficit comercial del sector.
Según estimaciones de las automotrices agrupadas en la Asociación de Fabricantes de Automotores (ADEFA), la brecha entre los vehículos importados desde Brasil y lo que se le exporta hoy es 2 a 1 en favor de Brasil. Pero eso es un promedio: en algunas automotrices, la brecha entre lo importado y lo exportado ya es de 3 a 1. Lo acordado entre los dos países hasta 2020 es un “flex” que impone un máximo de 1,5 vehículo importado contra cada unidad exportada.
Desde el Gobierno están planteando que las automotrices deberían contratar un seguro específico para garantizar el pago de la multa en caso de que no cumplan con la balanza de comercio exterior. Es en medio de ese tironeo que Producción decidió no subir el techo de los impuestos internos.
Por Luis Ceriotto