Los padres parecen tener todos los conocimientos sobre la vida de sus hijos pequeños. Pueden estar al tanto del valor nutritivo de todos sus alimentos, especializarse en alergias o hasta averiguar al detalle cada minuto pasado en el jardín de infantes. Sin embargo, hay un terreno en el que los padres nunca lograron interiorizarse: el sueño infantil.
Un estudio de la Universidad de Otago, Nueva Zelanda, reveló que la mayoría de los padres desconoce cuál es el tiempo óptimo de sueño de sus hijos. Uno de cada cuatro adultos consideró que los niños necesitan menos tiempo de sueño del recomendado, mientras que uno de cada cinco advirtió que sus hijos dormían menos de lo recomendable. El resto, ni tenía idea de cuáles eran los parámetros saludables.
La investigación consistió en entrevistas a 115 padres y tutores (la mayoría fueron madres) de chicos de entre 2 y 12 años que estuvieron como pacientes en el Hospital de Niños de Wellington.
SE RECOMIENDA QUE LOS NIÑOS DE ENTRE 2 AÑOS HASTA EL INICIO DE LA ADOLESCENCIA DUERMAN EL 40% DEL DÍA
“Los niños que tienen un sueño insuficiente son más propensos a tener dificultades con el aprendizaje, la concentración, el humor, la salud y el comportamiento, tanto en casa como en la escuela”, aseguró Philippa McDowall, la directora del estudio.
“Los padres necesitan saber cuán importante es para los chicos tener la cantidad correcta de sueño cada día. Y es responsabilidad de los adultos poder ayudarlos a desarrollar una buena rutina de sueño en sus vidas”, agregó la especialista.
El sueño recomendado
¿Cuál es el tiempo de sueño óptimo para los más pequeños? Un estudio de la Universidad de British Columbia, Canadá, determinó que los niños recién nacidos hasta los 2 años de edad deben dormir la mitad del día. En tanto, entre los 2 y hasta el inicio de la adolescencia, se recomienda que el sueño ocupe un 40% del día. Es decir, entre 9 y 10 horas por jornada.
La comunidad científica coincidió: el primer tratamiento ante el cuadro de un niño con problemas de sueño es la educación de sus propios padres. Por eso, resultó una sorpresa y un desafío que las madres tuvieran tan poco conocimiento sobre los principios básicos del sueño infantil. Además, las entrevistas demostraron que aquellos padres que subestimaron o sobreestimaron las horas de descanso de los jóvenes son los que en general presentan más problemas para lograr que sus hijos se fueran a dormir.
“Si no se atiende el problema, es posible que aparezcan problemas de salud. Los padres tienen que informarse sobre ese tema. Por ejemplo, si uno no sabe que los ronquidos pueden conducir a un cuadro de apnea del sueño, se puede llegar a recurrir a la medicación equivocada en el momento del tratamiento”, explicó Judith Owens
También se enfatizó en la importancia de eliminar las barreras de sueño en las últimas horas de la noche. La mayor parte de los padres aseguraron que la televisión, los videojuegos y el chat con amigos fueron algunos de los principales motivos de las interrupciones del sueño de sus hijos.
La clave, según los investigadores, radica en establecer un hábito saludable de descanso en el final del día, tal como sucede respecto a la actividad física o a la alimentación.