Tras un 2017 en el que se acordaron subas de entre el 18% y el 24%, los sindicatos dudan del pronóstico de 15% de inflación del oficialismo.
Ante la inminencia de una nueva negociación paritaria, los sindicatos hacen sus cálculos para los sectores público y privado, luego de la superación de la meta oficial de inflación de 2017, estimada en un tope del 17 por ciento pero en los hechos fue cercana a un 24 por ciento.
Durante 2017, casi todos los gremios consiguieron aumentos de entre el 18 y el 24 por ciento. Sin embargo, recuerda Telam, “una de las características de ese proceso fue la inclusión de cláusulas gatillo, el pago en tramos y las sumas fijas”.
Pero la superación de esa pauta durante 2017 y el reciente anuncio del Gobierno de cambios de esas expectativas en 2018, estimadas en un tope de 15 puntos, despertó a los sindicatos.
“Nadie quiere el conflicto, pero tampoco es posible aceptar una pérdida considerable del poder adquisitivo de los salarios en 2017”, advirtió un miembro de la CGT. “¿Cuál es la garantía de que se cumplan las pautas y metas inflacionarias este año?”, argumentó.
El dirigente cegetista Héctor Daer, integrante del triunvirato que conduce la central obrera, dio por hecho que los acuerdos paritarios de este año deberán volver a contemplar una cláusula gatillo al destacar la necesidad de que los trabajadores “no pierdan ingresos ni poder adquisitivo”.
“Seguramente habrá que reivindicar una cláusula gatillo porque, si el gobierno fracasa en sus pronósticos, lo que no podemos hacer los trabajadores es perder ingresos y poder adquisitivo”,aseveró en declaraciones radiales el triunviro y secretario general de la Asociación de Trabajadores de la Sanidad Argentina (ATSA).
Los gremios con más peso que ya habrían comenzado a negociar una paritaria por inflación serían los de Comercio (Faecys), los estatales nucleados en la UPCNy los constructores de la Uocra.
A excepción de bancarios y docentes, que inician sus respectivas negociaciones paritarias bien temprano cada año, todas las organizaciones sindicales estudian la situación para acomodar las cargas y las fuerzas a fin de renovar o actualizar sus exigencias.
El acuerdo salarial bancario expiró el 31 de diciembre y ya hubo asambleas y protestas en las entidades financieras a partir de la férrea posición de las cámaras patronales y el Central, que ofrecieron para todo 2018 una mejora de solo el 9 por ciento en cuotas, lo que fue rechazado por el jefe gremial Sergio Palazzo.
Otro tanto ocurre con los gremios docentes, que ya adelantaron su oposición a convenir aumentos por debajo de la pauta inflacionaria de 2017 y de sus proyecciones futuras, en tanto los sindicatos con representación nacional continúan exigiendo la Paritaria Federal.
“Siempre al final se acordó, pero a diferencia de otros años habrá una fuerte puja en cada una de las actividades ante el intento oficial de imponer una pauta salarial que los propios funcionarios no pueden cumplir respecto de las metas de inflación. Se requerirá fuerza, paciencia y unidad. Esa será la clave para destrabar un proceso complicado”, explicó a Télam un dirigente de la CGT.