Un equipo de investigadores de la Universidad de Australia Occidental (UWA) ha encontrado nuevos efectos negativos del consumo prolongado de cannabis sobre el sistema vascular, incluyendo el envejecimiento temprano.
Se sabe desde hace tiempo que el uso de esta sustancia tiene efectos tóxicos en el cerebro, pulmones y muchas partes del sistema reproductivo, además de estar ligado a la incidencia de una gran variedad de cánceres. Sin embargo, este es el primer trabajo que demuestra que estas consecuencias negativas no solo están relacionadas con el mal funcionamiento de los órganos, sino que además aceleran el proceso de envejecimiento.
En concreto, los resultados revelaron que el uso a largo plazo de cannabis aumenta un 11% la edad biológica, debido fundamentalmente al endurecimiento de las arterias de los consumidores. Esto significa que, por ejemplo, una persona de 30 años que fuma cannabis habitualmente podría tener una edad biológica de 33.
“Hemos comprobado que las personas que han consumido cannabis durante mucho tiempo, no solo envejecen más, sino que además el envejecimiento aumenta a un ritmo exponencial a lo largo del tiempo, lo cual es alarmante”, ha explicado Stuart Reece, profesor en la Escuela de Psiquiatría y Neurociencias Clínicas de la UWA y uno de los autores del trabajo.
El estudio se realizó a lo largo de 5 años
Para llegar a estas conclusiones, los autores compararon 11 consumidores habituales de cannabis, 504 consumidores de tabaco, 114 fumadores combinados (tabaco y cannabis) y 534 no fumadores durante un periodo de 5 años. Para evitar posibles interferencias con efectos de otras sustancias o problemas de salud, las personas con alguna enfermedad cardiovascular conocida o con exposición aguda al alcohol, anfetamina, heroína o metadona no formaron parte del estudio.
Según Reece, los datos del trabajo sugieren que los pacientes expuestos al cannabis envejecen mucho más rápido que el resto, incluso de los usuarios de tabaco. Además, “el nivel de exposición al cannabis en el grupo estudiado fue mucho mayor que lo que hemos visto en otros estudios en países desarrollados”, explicó el autor.
Por otro lado, el investigador ha afirmado que es preocupante que este haya sido el primer trabajo que evalúa los efectos de fumar cannabis en el sistema cardiovascular, además de que hay pocos estudios en el mundo que analicen sus efectos a largo plazo. “El consumo de cannabis genera unos costes enormes a los sistemas sanitarios de muchos países del mundo, por ello es de vital importancia que este tipo de investigaciones continúen”, ha indicado el profesor.