Una nueva investigación podría explicar el vínculo reportado entre el uso de los edulcorantes artificiales y la diabetes, señalan unos científicos.
Investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Yale afirman que en la naturaleza la intensidad de la dulzura refleja la cantidad de energía presente. Pero en la vida moderna, el metabolismo del cuerpo resulta engañado cuando una bebida es demasiado dulce o no suficientemente dulce para la cantidad de calorías que contiene.
Eso significa que una bebida de sabor dulce baja en calorías puede provocar una respuesta metabólica mayor que una bebida con más calorías, apuntaron.
“Una caloría no es una caloría”, explicó la autora principal del estudio, Dana Small, profesora de psiquiatría.
“La suposición de que más calorías provocan una respuesta metabólica y cerebral mayor es errónea. Las calorías son solo la mitad de la ecuación; la percepción del sabor dulce es la otra mitad”, planteó Small en un comunicado de prensa de la universidad.
Cuando ocurre una “falta de concordancia”, los circuitos de recompensa del cerebro no registran las calorías que se han consumido, señalaron los investigadores. Muchos alimentos procesados tienen esa falta de concordancia, por ejemplo el yogurt con edulcorantes bajos en calorías.
“Nuestros cuerpos evolucionaron para utilizar con eficiencia las fuentes de energía disponibles en la naturaleza”, dijo Small. “Nuestro ambiente alimentario moderno se caracteriza por fuentes de energía que nuestros cuerpos no han visto nunca antes”.
Small y sus colaboradores dijeron que el estudio podría ayudar a explicar el vínculo entre algunos edulcorantes artificiales y la diabetes descubierto en investigaciones anteriores. Pero el tema sigue siendo controversial, y los expertos concuerdan en que se necesitan más investigaciones.
El estudio aparece en la edición del 10 de agosto de la revista Current Biology.