La población mundial de demonios de Tasmania, que saltaron a la fama con el dibujo animado de Warner, disminuyó un 80% desde 1996, cuando la población era de apenas 140.000 animales. En algunas zonas, la población se redujo hasta en un 95%. ¿La razón? Un extraño cáncer contagioso, que se fue transmitiendo de a poco y los puso en la lista de peligro de extinción.
Hoy, parecen haberle ganado a los tumores faciales causados por mordeduras y lo hicieron con un salto evolutivo veloz. La noticia llegó esta semana en el diario científico Nature Communications, que explicó: “Aunque el cáncer rara vez actúa como una enfermedad contagiosa, en los demonios de Tasmania (Sarcophilus harrisii) se propaga un cáncer de este tipo 100% fatal”. “Desarrollaron una resistencia en solo cuatro generaciones. Es un fenómeno sin precedentes”, explicó a ABC Menna Jones, una de las autoras del estudio, y concluyó: “Los demonios hasta podrían salvarse a sí mismos”.
Salto evolutivo
El descubrimiento se hizo analizando el material genético de 294 ejemplares. Los cambios que se notaron en su ADN tienen que ver con las zonas asociadas a las respuestas inmunológicas y el cáncer. Los científicos a cargo explicaron que se esperaban una evolución por parte de la especie pero no a esta velocidad, sobre todo por la poca diversidad genética de los demonios de Tasmania.
Jones se refirió al impacto de este hallazgo en el tratamiento del cáncer en otras especies: “Es una oportunidad maravillosa para estudiar cómo evolucionan los cánceres y cómo los huéspedes pueden evolucionar también para vencerlo”.