Los animales y su lado más humano

Se parecen a nosotros en cuestiones como la empatía, el sexo y hasta en los cabreos.

Llevamos escrito en los genes que los grandes simios –gorilas, chimpancés, orangutanes y bonobos– son la especie más próxima a los humanos. De hecho, alrededor de un 98 % de nuestros genes son idénticos. Y si nos fijamos en su comportamiento, son numerosos los ejemplos en los que guardamos similitudes. Además de manipular objetos, cuidar de las crías, ofrecerse muestras de cariño o reconocerse en espejos, los chimpancés también sienten empatía.

Tras observar durante ocho años a una comunidad de treinta simios que vivían en el Centro de Investigación Nacional de Primates Yerkes, científicos de la Universidad Emory, en Atlanta (EE. UU.), comprobaron cómo, después de 3.000 casos de agresiones, los animales que habían sufrido daños eran animados y atendidos por otros que se habían mantenido al margen de las peleas. Se consolaban con besos y abrazos, especialmente las hembras, tal y como se recoge en Scientific American.

En el acto sexual, también somos bastante parecidos. En el caso de los chimpancés, “tanto machos como hembras tienen orgasmos y vocalizaciones específicas de cópula”, señalan desde el Instituto Jane Goodall en España.

El duelo de los elefantes

También los paquidermos guardan similitudes con nosotros. En la Reserva Nacional de Samburu (Kenia), la elefanta Eleanor, matriarca del clan bautizado como las Primeras Damas, cayó un día al suelo. Fruto del golpe falleció a las veinticuatro horas. Lo que descubrieron los investigadores fue la compasión que despertó esta muerte, tanto en su familia como en otras cuatro que se acercaron hasta siete días después del fallecimiento, como si la estuvieran velando.

Antes de que muriera, una de las elefantas intentó que Eleanor se levantara, la olfateó, la tocó con su pata y, en vista de que estaba muy herida, la acompañó durante la noche. “Los elefantes muestran y comparten emociones similares a las humanas. Están contentos, tristes, enfadados e incluso guardan luto por sus muertos”, afirma Njoki Kibanya, miembro de la organización Save the Elephants, que monitoriza las poblaciones de estos paquidermos de la región.

En cuanto a los perros, un estudio en Current Biology revela que, a pesar de que nuestros linajes se separaron hace cien millones de años, los cerebros caninos y humanos guardan similitudes. Imágenes por resonancia magnética mostraron que los canes tienen áreas cerebrales sensibles a los estímulos vocales parecidas a las nuestras.

Otra muestra más de sus similitudes es que sus habilidades mentales son como las de un bebé de dos años. Así lo han revelado las investigaciones del psicólogo experto en comportamiento canino Stanley Coren, de la Universidad de Columbia Británica (Canadá). Sus estudios reflejan que los perros son capaces de aprender hasta 165 palabras e incluso contar del uno al cinco. Increíble, ¿no?

Tan parecidos son a nosotros los animales, que algunas especies reaccionan ante la injusticia y la desigualdad de manera muy similar a como lo haríamos cualquier hijo de vecino: con indignación.