La comida es fundamental para nutrir nuestro organismo, pero son muchas las veces que la elección de alimentos con poco valor nutricional no cumplen esta función. Y, para peor, nos dan tanto placer que hace que comamos más allá.
De esta forma, ciertas comidas se suman al listado de cosas que nos generan adicciones. Al ser gratas para nuestro paladar, no podemos parar de comerlas, aún sabiendo que no son saludables. “En estos casos hay un mecanismo psico-inmuno-endócrino muy similar a lo que pasa con el consumo de drogas”, explica la doctora Zulema Stolarza (MN 44.455), nutricionista y presidenta de la Sociedad Argentina de Nutrición y Miembro de la Sociedad Argentina de Diabetes.
Al actuar sobre mecanismos neuronales de motivación y recompensa, hace que “necesitemos” consumirlos.
Entre los alimentos más adictivos están las harinas, los hidratos de carbono refinados, el azúcar, la sal y ciertas grasas. Por eso nos encanta y no podemos dejar de comer la comida rápida, el chocolate, las gaseosas, las galletitas, los panificados, los embutidos, los snacks y las galletitas, entre otros. Alimentos que suelen muy calóricos y con poco valor nutricional.
“Rompen nuestra fuerza de voluntad y, aunque después pueden hacernos sentir culpables, volvemos a comerlos porque nos producen diferentes sensaciones de placer y bienestar”, agrega Stolarza. Ante mecanismo difícil de vencer, la especialista recomienda evitar estas comidas y recurrir a una alimentación saludable que es la que nuestro organismo realmente necesita para mantenerse nutrido.
¿Qué sí comer?
De esta forma, recomienda la elección de lácteos descremados, los infaltables 8 vasos de agua por día y tomar infusiones con edulcorantes sin valor nutritivo. Así se reduce el consumo de azúcar y grasas al reemplazarlo con alimentos más sanos.
Stolarza también sugiere seguir una dieta con vegetales y frutas de estación, cortes de carnes magras, preparación sin agregados de aceite y un consumo limitado de de harina y manteca.