Los abusos en África siguen complicando la carrera de Susana Malcorra por la ONU

Carrió denunció un “pacto secreto” entre el oficialismo y el FPV para no incomodar a la canciller con ese tema

En su carrera para transformarse en secretaria general de las Naciones Unidas, la canciller argentina, Susana Malcorra, no logra librarse de un fantasma de su pasado reciente en esa misma organización: la polémica que la envolvió en sus tiempos de jefa de gabinete del coreano Ban Ki-Moon cuando los integrantes de los Cuerpos de Paz de la ONU enviados a la Republicana Centroafricana abusaron sexualmente de menores.

La diputada Elisa Carrió volvió sobre el tema la semana pasada, en plena sesión de Diputados, cuando denunció un “acuerdo secreto” entre el oficialismo que ella misma integra y el Frente para la Victoria para que no se consultara a Malcorra por ese episodio durante su comparecencia ante la Comisión de Relaciones Exteriores a principio de junio. Carrió, presidenta de esa comisión, denunció que ese acuerdo se hizo a sus espaldas. “En 20 años no he participado de ningún acuerdo de silencio, ni cuando estaba en la Unión Cívica Radical ni en la Coalición Cívica”, gritó la combativa legisladora.

IncreÍblemente, el diputado del FPV, Guillermo Carmona, reconoció todo: “El diputado Álvaro González (PRO) me llamó no sólo en representación del bloque Cambiemos sino en representación del Gobierno nacional y me dijo que había mucha preocupación por este tema”, contó, y dijo que aceptó el pedido porque “la reunión era para discutir los lineamientos generales de la política exterior del Poder Ejecutivo” y el escándalo de la ONU no era parte de la misma.

El episodio trascendió en 2014, cuando el diplomático sueco Anders Kompass filtró a las autoridades francesas un reporte interno que denunciaba los abusos por parte de tropas de paz francesas y africanas. La reacción en la ONU fue suspender a Kompass con el argumento de que había puesto en riesgo la vida de los niños abusados al filtrar el reporte que incluía sus nombres.

Un panel independiente de la ONU fue designado para analizar el caso. Sus conclusiones no sólo exculparon a Kompass sino que criticaron a las máximas autoridades de las Naciones Unidas por manejar mal la denuncia. El informe cita incluso reuniones entre Malcorra y el alto comisionado para los derechos humanos de la ONU, Zeid Raad al-Hussein, quien parecía más preocupado por investigar a Kompass que el incidente de las violaciones.

La organización Aids-Free World filtró mails entre Malcorra, el encargado de la oficina de ética Joan Dubinsky y la secretaría general adjunta del servicio de supervisión interna, Carmen LaPointe, en los que intercambian ideas de cómo afrontar la repercusión pública de las acusaciones de Kompass. La revista estadounidense Foreign Policy y el diario británico The Guardian siguieron el escándalo en diversas notas y apuntaron a que la cúpula de la ONU estuvo más interesada en encubrir el incidente que en aclararlo.

Tras ser reivindicado por la investigación del panel independiente, Kompass finalmente renunció el mes pasado, indignado por “la total impunidad” y la “falta de voluntad de mostrar arrepentimiento” de las “altas jerarquías” de la ONU.