Para aquellos que piensen que es una moda actual, este tipo de vínculo entre padres e hijos se estudia hace más de 50 años y se practica desde hace muchos más. Ya en los años cincuenta, el psiquiatra John Bowlby resaltó que ejercer la crianza de esta forma era una conducta común entre los primates y que, al llevarlo a cabo en niños, el resultado final eran chicos y adultos más seguros y confiados.
¿Y qué “debemos” hacer para criar con apego? En realidad no mucho más que seguir el instinto mater/paternal, como miles de mujeres y hombres lo han hecho hasta hoy, pero mencionaremos algunos puntos de partida:
1) Vínculo temprano
La unión piel con piel con el bebé apenas nace fomenta la creación de un vínculo temprano. Las horas y los días después del parto son un período de máxima sensibilidad en el que tanto las madres como los bebés necesitamos estar en contacto mutuo para interactuar y generar un apego seguro.
“El bebé debe ser tocado y acariciado inmediatamente después del nacimiento. Debe tener el calor de la madre casi continuamente durante este tiempo, de lo contrario, todo el contacto físico del mundo no será suficiente”. (Dr.Janov, Arthur; Imprints: The lifelong effects of the birth experience; 1984.)
2) Lactancia materna
La leche materna es el mejor alimento para nuestros hijos. Pero no solo eso, es un componente primordial para fortalecer el lazo afectivo entre mamá y bebé, el cual proporcionará una base emocional segura, comenzando a desarrollar así su propia identidad. Establecer una buena lactancia genera que el bebé se sienta querido y protegido, y que responda con una actitud alegre, segura y satisfecha.
3) Porteo
Los bebés necesitan un entorno similar al que tenían en nuestra panza. Estar en contacto directo con su papá o su mamá les recuerda ese hábitat, brindándoles tranquilidad, seguridad, permaneciendo relajados y felices.
“El tiempo de tener a su bebé en brazos, junto al pecho y en la cama es muy corto en relación con la vida total de su hijo. Aun así, el recuerdo de su amor y disponibilidad, duran toda una vida”. (Sears, Martha & Dr. Sears, William P.; Tu hijo dormirá y tútambién; 2010.)
4) Colecho
Dormir con nuestros hijos es lo mejor para ellos y para nosotros: se evita la angustia de separación, haciendo que duerman más y descansen mejor; tienen su fuente de alimento al alcance de su boca; sincronizan la respiración con la nuestra y, principalmente, se sienten seguros.
El colecho favorece el bienestar del bebé, su desarrollo neuronal y la capacidad de respuestas adecuadas ante situaciones de estrés, así como el desarrollo de la autoestima del infante y posterior autonomía personal.
5) Comprender el llanto
El llanto es la forma que tiene el bebé para comunicarse. No llora porque “nos tomó el tiempo” o “es mañero”, sino porque necesita algo, no sabe identificar ni puede verbalizar la causa de su malestar. No basta con cambiarle el pañal, abrigarlo o darle de comer, sino también brindarle confianza a través de los brazos, los mimos, las caricias y el contacto. Al comprender que el llanto es su lenguaje y no un método de manipulación, podremos interpretar su angustia y aliviarlo amorosamente.
6) Ambos
Hay otra premisa involucrada en la crianza con apego y es la participación de padre y madre (o de sus dos mamás o dos papás en el caso de familias homoparentales) en el cuidado del bebé, tanto durante el día como durante la noche. Que ambos nos involucremos en el cuidado de nuestro hijo (en atender sus demandas, en su educación, en los valores que se le queremos transmitir) y que estemos disponibles cada vez que lo requiera, propicia su confianza y su estabilidad. Es muy importante sentir que ambos tiramos para el mismo lado, que nos apoyamos y nos comprendemos. La empatía y el respeto entre los miembros de la familia, tanto entre los padres como entre los padres y los hijos, genera un ambiente de reciprocidad en el que el bebé se siente seguro, a gusto y aprende también a tratar a los demás con respeto.
Hasta el momento, nuestro camino por la crianza con apego fue sencillo, nuestro hijo fue respetado en sus necesidades, acompañado en sus emociones, pero también recibió explicaciones para que pudiera entender que los demás, al igual que él mismo, merecen respeto y tienen necesidades. Y es que finalmente, de lo que se trata, es de criar con amor y a conciencia, siguiendo nuestro instinto.
Por Mamá Pulpo (Cecilia Favier), creadora de Mamá Pulpo, comunidad de Facebook que apoya y fomenta la crianza con apego, el colecho, el porteo, la lactancia materna y los partos respetados.