Diego Maradona convirtió cinco goles durante el Mundial que se disputó en México en 1986. Cada uno de ellos fue estéticamente bello y determinantes para obtener el triunfo. Fueron cinco conversiones en tres partidos y todos ellos quedaron grabados en la memoria de los argentinos.
El primer gol que convirtió en el certamen fue ante Italia en la fase de grupos. Según el propio Diego, fue uno de los goles más lindos que convirtió en su carrera. Quizás hubiese quedado en el podio de los tantos más admirables si no fuera por el gol que le metió aInglaterra y que se convirtió en el gol más hermoso de todos los mundiales.
El segundo y el tercer gol se los convirtió a los ingleses. El gol con la mano, conocido como “la mano de Dios”, recorrió el mundo identificando al astro argentino con la trampa y la picardía. El segundo gol del partido que se disputó en los cuartos de final comenzó a crearse en la mitad de cancha y terminó siendo una obra de arte aclamada por todos los amantes del fútbol.
Los últimos dos goles fueron en la seminal de la Copa. Maradona le puso la firma al pase a la final con dos tantos a Bélgica. Un toque por encima del arquero y una definición en velocidad que mezcló precisión con destreza.
Diego fue determinante en el equipo argentino. Líder adentro y afuera de la cancha, dueño de un estilo de juego distinto al de la mayoría, virtuoso con la pelota en los pies y rápido para entender el juego cuando no tenía la redonda bajo la suela. Maradona fue alma de ese equipo que hace 30 años levantó la última Copa del Mundo que una selección argentina logró obtener.