Una familia en Puerto Rico decidió velar a su ser querido de una manera muy peculiar. Para darle el último adiós lo sentaron en una silla con un cigarrillo en la mano.
Fernando de Jesú Díaz fallció producto de un crimen y sus allegados se negaron a despedirlo de la manera tradicional.
La idea era sentarlo en una silla de manera relajada como si estuviera contando chistes.