Llegó el termo que calienta el agua con luz solar

Christian Navntoft, científico y docente, creó un dispositivo que no depende de energía eléctrica ni gas. Se llama Solarmate y ya se vende en el país.

¿Cuántas veces los viajeros añoran un rico matecito caliente en plena ruta, pero no tienen agua caliente? ¿Qué se hace en trayectos largos o lugares inhóspitos donde no hay forma ni cafetería donde pedir socorro? Inspirado en estos problemas cotidianos, y con la certeza de que no hay que depender de la electricidad para calentar agua, el ingeniero en ecología Christian Navntoft, de San Martín, creó junto a su ex profesor de la Universidad de San Martín, Fabián Garreta, el primer termo a energía solar: “Solarmate”.
A pesar del parecido con un termo convencional, el invento que desde el 2015 está a la venta y gana terreno entre los seguidores de las energías renovables, tiene un sistema que –una vez expuesto al sol– calienta el agua en unos 40 minutos. El primero que fabricaron triplicaba el tiempo de espera, pero gracias a su dedicación, los vecinos y universitarios llegaron a un prototipo comercial –asociados con la UNSAM y la Fundación Innovación y Tecnología–.

 

“Cuando lo sacamos a la venta por Internet no lo teníamos ni terminado y, a los pocos días, nos llegaron 700 pedidos de todo el mundo. La idea era que la gente lo viera, pero ni habíamos diseñado el packaging”, recuerda entre risas Christian que en lo que va de este año vendió 500 termos y tiene como meta llegar a los 5 mil.

El reconocimiento mayor para “Solarmate” llegó hace pocos meses, cuando el presidente Mauricio Macri publicó una foto del termo en su página personal de Facebook. “No sé cuánto spin-off universitario hay en el país, pero no deben ser muchos. Además, como es el año de las energías renovables, es lógico que se le quiera dar promoción”, explica quien tiene doctorado en Ciencia y Tecnología con Mención en Química y es Ingeniero en Ecología.

Navntoft es uno de los mayores expertos en energía renovable y solar térmica del país. Además de dar clases de posgrado sobre esa temática en la Universidad Tecnológica Nacional (UTN) y el Instituto Tecnológico de Buenos Aires, cree fervientemente que estas energías son parte sustancial de una solución para el medio ambiente. Como sabe que no hay muchas personas especializadas como él, dedica todo su tiempo a mejorar sus invenciones y crear mejores productos.

 

El laboratorio donde los sueños se llevan a cabo está ubicado dentro del predio de la UNSAM, y varios alumnos se acercan para formar parte del proyecto, o al menos curiosear. “Nos valemos mucho del feedback de la gente para saber qué cambiar o qué productos están necesitando. Es importante educar sobre el valor del sol. Pueden dudar de muchas cosas, pero no de si funciona”, expone.

El inventor del termo, está poniendo en marcha nuevos productos, todos inspirados en problemas cotidianos de la gente. “Por ejemplo, estamos creando un cargador solar de celular. Hay un sol radiante sobre nuestras cabezas, tenemos que educarnos para aprovecharlo y, de paso, contaminar menos el medio ambiente con pilas, baterías y transformadores”, señala Navntoft, y hace hincapié en la necesidad de ahorrar energía.

También está trabajando en un tapón bluetooth que detecte la temperatura del agua, una cocina solar industrial y un generador de energía eléctrica portátil, algunas de las novedades que se sumarán a la propuesta antes de que finalice el año.

“Compramos maquinaria y hasta estamos haciendo herramientas especiales que nos permitan duplicar la cantidad de termos que podemos fabricar. Necesitamos levantar la línea de producción y determinar el personal que hace falta en el proceso, ahora somos siete”, relata Christian, quien hoy elabora 400 Solarmates al mes, con un precio aproximado de $ 1.000 la unidad.