La empresa no tenía un código de vestimenta claro. La única exigencia era ir “limpio y ordenado”. Pero a June J. Rivas, de Chicado, la jefa le decía que no lucía “profesional” por usar pañuelos -étnicos- en la cabeza o una colita en el pelo.
Aunque la empleada puso una queja de acoso contra su jefa, en la empresa instauraron un nuevo código de vestimenta. Allí prohibieron usar sombreros, sandalias, escotes y “bandas culturales en la cabeza”.
Rivas realizó otra queja, por discriminación, pero sacó un as de la manga: ella es cosplayer, especialista en disfraces, por lo que decidió ir a trabajar cada día como un superhéroe o personaje de ficción diferente. Subió a Facebook el siguiente mensaje, en el que cuenta la historia con su jefa y cierra con un “nunca hagas enojar a una cosplayer”
Así June metió geniales disfraces como Storm de los X-Men, Sue Storm de los Cuatro Fantásticos, o con un clásico traje de Star Trek. Acá, algunos de sus “looks laborales”.