En algunas regiones aisladas del sur de Malaui, sureste de África, tienen una tradición siniestra con las menores. Lo llaman “limpieza” y consiste en que un trabajador sexual, conocido como “hiena”, tenga relaciones durante 3 días con jóvenes a las que les ha venido la primer menstruación y así marcar el inicio de su etapa como mujeres.
Es un hábito arraigado a su cultura que se hace en nombre de la buena suerte. Tiene el objetivo de que la desdicha no caiga sobre la familia de la menor o del pueblo al que pertenece, ya que especulan que si no se produce esta “limpieza” corren el riesgo de padecer una enfermedad o una desgracia fatal.
Para explicar en que consiste este hábito, la BBC ha recogido la historia de una de las “hienas” de la región, Eric Aniva.
Tiene 40 años, 2 esposas, 5 hijos de los que tiene conocimiento y ha dormido con, al menos, 104 mujeres y niñas. Aunque, según reconoció en un periódico local en 2012, ya ha perdido la cuenta.
“La mayoría con las que he dormido son niñas que van a la escuela. Algunas tienen entre 12 y 13 años, pero las prefiero más mayores. Todas estas niñas encuentran placer en tenerme como su hiena. En realidad, sienten orgullo al decir a la gente que han estado con un hombre de verdad que sabe cómo complacer a una mujer”, explica Aniva sobre su trabajo, por el que cobra entre 3,5 y 6,5 euros por cada servicio.
María, al igual que todas sus amigas, es una de las niñas que ha pasado por esta “limpieza” sexual, lo cual ha aceptado para proteger a su familia.”No hay nada que pudiese hacer. Tenía que hacerlo por el bien de mis padres. Si me hubiese negado, miembros de mi familia podrían contraer enfermedades o incluso podrían morir. Así que estaba asustada”.
Duelos
La “hiena” también tiene un papel crucial en la vida de las mujeres que están en luto por la pérdida de su marido, ya que éstas no pueden enterrarlo hasta que no hayan dormido con él. En cuanto a las que han tenido que abortar, también han de acostarse con él de forma que puedan volver a estar limpias y así no atraer a la mala suerte, según informa el sitio catamarcaya.com.ar.
Sin embargo, esta práctica encierra una paradoja perversa. Aunque que lo hacen para prevenir la desgracia o la enfermedad, en realidad comporta un mayor riesgo de transmisión de enfermedades sexuales, como el VIH, ya que para que la “limpieza” sea efectiva no pueden usar preservativo.
La ONU estima que 1 de cada 10 habitantes del país es portador del virus, las probabilidades de contraerlo son aun mayores. Y precisamente Aniva no es parte de la mayoría que ha evitado contagiarse, ya que reconoce ser positivo, aunque no lo aclara a los padres de las jóvenes con las que se acuesta.