Las conexiones entre Cristina Kirchner y Lázaro Báez parece que no se quedan solamente en la de ser socios de algunos emprendimientos hoteleros y de propiedades. En el programa La Cornisa se difundió una noticia que pone en evidencia el vínculo cercano entre ambos: el empresario patagónico le pagó a Cristina Kirchner las expensas y otros servicios del departamento de Juncal y Uruguay, en el barrio de Recoleta, en negro y sin dejarlo asentado en la contabilidad de Austral Construcciones.
Luis Majul dio a conocer la identidad de su fuente a la fiscalía de Guillermo Marijuan, por expresa autorización de la misma. Para corroborar los datos, se citó un correo de un empleado de Austral Construcciones, con fecha 30 de noviembre de 2012, en el cual éste le sugiere a Báez que debía cambiarse la titularidad de quienes pagaran las expensas y los servicios del departamento. Hasta ese momento, según el correo, figuraba como titular de las cuentas a pagar un contador llamado Mario Delgado. Pero esta persona no era ni inquilino ni dueño de la propiedad.
En su respuesta al mail, Báez se refirió a Cristina como “la doctora”, y pareció estar de acuerdo en reemplazar a Mario Delgado por otro empleado de su empresa, llamado José Sofo, a quien se le adjudica haber comprado bolsos y valijas en marroquinerías de la zona, y haber entregado sobres, entre otros, al hijo de un exministro que hoy está siendo investigado.
Sofo sigue trabajando con Báez y es uno de los pocos que lo visita en la cárcel de Ezeiza, donde el exdueño de Austral Construcciones está detenido por la causa de la “ruta del dinero K”. La existencia de una doble contabilidad en la administración de las propiedades que el empresario patagónico posee en la ciudad de Buenos Aires y también en la provincia de Buenos Aires siempre fue un secreto a voces en las oficinas del pasaje Carabelas.