El empresario detenido Lázaro Báez dijo hoy que no era él quien llevaba los aspectos impositivos de sus empresas al declarar como acusado por no haber pagado 33 millones de pesos de aportes previsionales de los empleados de 16 de sus empresas. Báez hizo un descargo por escrito y se negó a contestar preguntas ante el juez en lo Penal Económico Ezequiel Berón de Astrada.
Báez no solo cumplió con el trámite judicial sino que también se encontró con su hijo Leandro, quien pidió autorización al juzgado para saludar a su padre.
El empresario ingresó al tribunal con una fuerte custodia y se abrazó con su hijo. Un testigo le dijo a Infobae que con el abrazo ambos lloraron. El encuentro duró un minuto y fue solo para el saludo.
Báez y otras 28 personas –entre ellas tres de sus cuatro hijos– fueron citadas a declaración indagatoria porque no pagaron 33 millones de pesos de aportes de sus empleados. Los citados son los acciones, presidentes, socios y representantes legales de 16 empresas del grupo Báez.
El empresario presentó un escrito en el que sostuvo que no estaba a cargo de las cuestiones impositivas de sus empresas y que estaba vigente un plan de facilidades de pago que se frustró cuando el juez Sebastián Casanello le inhibió las cuentas de sus empresas al procesarlo por lavado de dinero.
La defensa del empresario pidió que se hagan distintas medidas de prueba en la causa, entre ellas una pericia contable sobre el reclamo fiscal. Hasta que se eso cumpla pidió la falta de mérito de Báez para luego, con toda la información, volver a declarar.
Esta fue la segunda indagatoria de la causa. La primera fue de Martín Báez que también presentó un escrito en el que negó las acusaciones. El próximo lunes será el turno de Leandro Báez.