Las trabajadoras sexuales piden pagar el monotributo

El trabajo sexual es el más antiguo de la humanidad. Sin embargo hay muchos que no lo consideran un trabajo y, con ello, le niegan el derecho a tener una obra social y jubilación.

En un nuevo aniversario de la reglamentación de la prostitución en Buenos Aires, que data del año 1875, las meretrices dicen que poco han avanzado y, para peor, en muchos lugares de ha criminalizado el trabajo sexual.

Mónica Lencinas narró, en diálogo con Télam Radio,  que en la Argentina hay provincias más represoras que otras y en algunas todavía se aplican los códigos de la dictadura. Ella  integra la conducción de la Asociación Mujeres Meretrices  en Acción por Nuestros Derechos (AMMAR) .

Denunció que a pesar de los cambios culturales el trabajo sexual se sigue criminalizando en provincias como San Juan, de dónde es oriunda. La pelea allí con la policía “es constante. Yo apelo a los derechos humanos de las trabajadoras sexuales; el 85 por ciento son mamás con hijos, tienen cargo de familia”.

La Asociación alienta un proyecto para que el trabajo sexual se ejerza con libertad, para mayores de 18 años, por decisión propia, y que puedan ser trabajadoras autónomas, inscriptas como monotributistas.

Ello les dará el derecho de todos los trabajadores, “de poder alquilar y que no nos cobren el triple, de tener tarjeta de crédito, acceder a una casa, al crédito”, precisó Lencinas quien advirtió que todavía “no podemos acceder a ninguno de estos derechos que son básicos”. A pesar se ser el trabajo más antiguo del mundo.