La Súperliga estará dentro de la órbita de AFA por precisas instrucciones de FIFA, pero de todas maneras nivelará los poderes del fútbol argentino porque los dirigentes que no integren uno de estos organismos serán parte del otro.
Hoy a las 16 la Asamblea General Ordinaria en la cual se elegirán las autoridades que integrarán el Comité Ejecutivo de la flamante Superliga, algo que está resuelto a partir de que habrá lista única.
La Súperliga estará encabezada por el CEO Mariano Elizondo, a quien acompañarán como vicepresidente primero Jorge Brito (River Plate), vice segundo Matías Lammens (San Lorenzo), secretario Carlos Montaña (Independiente), tesorero Matías Ahumada (Boca), vocales Mario Leito (Atlético Tucumán), José Lemme (Defensa y Justicia) y Christian Devia (Racing).
Esa Comisión Directiva contará además con dos vocales suplentes que serán Juan José Concina, de Newell’s y Ezequiel Melaranha, de Tigre.
El primer campeonato de la Súperliga se jugará entre agosto de 2017 y mayo de 2018, y el 80 por ciento de los ingresos por los derechos de televisión será para los 28 equipos que tomarán parte del certamen.
El torneo tendrá 28 fechas y se jugará en una sola rueda, todos contra todos, y contará con una fecha de clásicos que sí serán de ida y vuelta como en el torneo actual.
El Comité Ejecutivo de la Súperliga lo constituirán los 28 miembros de los equipos participantes, ya que esta temporada habrá cuatro descensos y dos ascensos.
En cuanto a lo económico, para el período 2017-2018 se mantendrá la diagramación actual para que el dinero que ingrese por los derechos de TV se siga distribuyendo de la misma manera que hasta el presente: Un 50 por ciento distribuido de mayor a menor entre River y Boca, después Racing, Independiente, San Lorenzo y Vélez, y el resto para los otros 22 participantes.
La Súperliga quebrará entonces con la organización que mantuvo el fútbol argentino inclusive desde antes de la creación del profesionalismo en 1931, ya que el hecho de que esté bajo la órbita de la AFA es un formalismo que chocará en la práctica con una división de poderes auténtica.
Es que por la Súperliga pasará todo el poder económico del fútbol local, ya que será la que manejará los derechos de televisión que aglutinan la mayor cantidad de ingresos a los clubes, mientras que para la AFA quedará todo el fútbol de ascenso y del interior, además del seleccionado argentino.
En este último punto radicará el fuerte de la AFA, aunque esto tendrá una ostensible merma el día que Lionel Messi dejé de formar parte del representativo nacional, porque el ‘cachet’ disminuirá sin la presencia del hoy capitán del seleccionado dirigido por Jorge Sampaoli.
La otra división tiene que ver con las diferencias, en algunos casos irreconciliables, entre los conductores de un organismo y otro. Los casos más notorios están representados por los clubes grandes, ya que por ejemplo River Plate y San Lorenzo no forman parte del Comité Ejecutivo de la AFA, pero en cambio ocupan los dos principales lugares en la comisión directiva de la Súperliga.
Y en cuanto al CEO, el mercedino Mariano Elizondo, es un hombre ligado al vicepresidente de San Lorenzo en uso de licencia, Marcelo Tinelli, al punto que ocupa el mismo cargo en las empresas Ideas del Sur y Grupo Indalo de los que el conductor televisivo es uno de los principales socios. Su hermano Marcelo fue director ejecutivo de la Fundación Export.Ar.
Una nueva era se inicia también en la conducción del fútbol argentino, que al menos en lo nominal tiende a parecerse a la de los grandes países europeos como Alemania, que tiene a la Bundesliga por un lado y la Asociación Alemana por otro; la inglesa que consta de la Premier League y la Federación Inglesa, o la española, que se divide entre la Liga y la Federación.
La diferencia en todos estos casos que también pueden ampliarse a Italia y Francia, es que sus ‘Súperligas’ abarcan la primera división y también las segundas, en cambio en Argentina la B Nacional no estará bajo su órbita, sino que será el mascarón de proa del fútbol de ascenso de la AFA. Una copia parcial en definitiva, adaptada al ‘made in casa’ nacional.