Mientras que algunas exigen la presencia de tanques de oxígeno en sus camarines, otras reconocieron que se roban las almohadas de los hoteles y las acumulan.
Divas, pero sólo para la alfombra roja. Aunque se muestran como el ejemplo del profesionalismo y el éxito, algunas famosas dan la nota a la hora de revelar sus trastornos más íntimos. De la obsesión de Katy Perry por acumular almohadas al pedido de Shakira de no escucharse a sí misma.
Madonna es la reina indiscutida de la industria musical y del ranking de las famosas con conductas extrañas. Es que la cantante no sólo tiene pedidos muy específicos vinculados a la decoración de sus camarines (tienen que ser totalmente blancos), sino que además sólo hace sus necesidades en inodoros nuevos. Luego, obliga a los hoteles a destruir los que utilizó.
Su proclamada princesa, Britney Spears, también sorprendió al reconocer no sólo que padece bipolaridad, sino que además es obsesiva compulsiva a la hora de ordenar su mansión. Además, la intérprete de Baby one moretime confesó que su mayor problema es la ingesta compulsiva de uñas.
Christina Aguilera también lidera el ranking de las famosas obsesivas. La rubia de ascendencia latina pone como condición poder editar los programas televisivos en los que participa. Antes del aire, los productores deben enviarle el material y, si no le gustan los planos, la cantante pide volver a grabarlos o que sean eliminados por completo.
Aunque hace de su campaña por la redistribución de la riqueza una bandera de lucha, Shakira se pone nerviosa si no viaja con comodidad. Por este motivo, la colombiana exige que todos sus traslados sean en helicópteros y, en caso de no poder cumplirlo, los productores deben asegurarle un Mercedes Benz. Además y para sorpresa de sus fans, la mujer de Gerard Piqué prohibe en las sesiones de fotos que pongan sus canciones porque “detesta” escucharse cantar.
Otra de las más excéntricas es Katy Perry. ¿El motivo? La cantante reconoció que su debilidad es robarse las almohadas de los hoteles y que luego las acumula en su mansión. Al momento, lleva robadas más de 200.
Jennifer López también es un dolor de cabeza para los dueños de las exclusivas cadenas hoteleras en las que se hospeda. La actriz no sólo exige que se cambie la decoración e iluminación de las habitaciones, sino que además viaja con sus propias sábanas. Toda una diva.