El empresario Lázaro Báez amplió los fundamentos con los que busca desplazar al juez federal Sebastián Casanello de la causa por lavado de dinero en la que está procesado y en el marco de la cual permanece detenido en el penal de Ezeiza.
En la nota entregada por sus abogados, Báez relata una serie de hechos que, a su juicio, “son una clara muestra de la intencionalidad del juez de entorpecer y evitar el avance de la investigación y juzgamiento del verdadero entramado de corrupción que recae sobre los funcionarios públicos y no sobre privados”. En otras palabras, advierte que la causa fue direccionada en su contra y pensada para que no salpique al poder político y a otro empresario vinculado a la obra pública durante el kirchnerismo, Carlos Wagner.
Hay un personaje clave en la denuncia de Báez, que fue publicado en una nota periodística a la que se hizo referencia en el escrito: uno de los prosecretarios del fiscal Guillermo Marijuan, Carlos Alberto Vasser. Según declaró el funcionario en su momento, poco después de que el programa Periodismo Para Todos revelara parte de la trama a partir de las entrevistas a Leonardo Fariña y Federico Elaskar, se presentaron en su despacho los fiscales antilavado Carlos Gonella y Omar Orsi, y el fiscal Ramiro González, quien estaba subrogando a Marijuan. Le entregaron unos reportes sospechosos de la Unidad de Investigación Financiera sobre el valijero y el financista, quienes terminaron como únicos imputados.
Cuando Marijuan, que estaba de viaje, recibió la causa, rectificó la acusación y denunció a Gonella y a Orsi, dos hombres de confianza de la procuradora Alejandra Gils Carbó. En esa causa contra los fiscales, que recayó en el juez Marcelo Martínez de Giorgi, declaró Vasser.
En el medio, el prosecretario de Marijuan ganó un escandaloso concurso y se convirtió en fiscal. Y luego, ante Martínez Di Giorgi, cambio la declaración. Primero dijo que dejó afuera del expediente a Báez porque intervinieron los fiscales antilavado y luego advirtió que “los doctores Gonella y Orsi no impartieron ningún tipo de directiva”, que “tal vez existió un error de redacción, y por ende de concepto”.
En su escrito -y también en el artículo de Clarín mencionado por los abogados-, la defensa de Báez sostuvo que Vasser, “que no tenía las mínimas chances de ser nombrado” como fiscal, ganó el concurso y, a cambio, “modificó su declaración favoreciendo a Gonella y Orsi”. A su vez, una vez designado como fiscal, Vasser se quedó con el expediente por la denuncia del fallecido fiscal Alberto Nisman, en una denunciada maniobra que incluyó varias irregularidades.
Lo que resaltó la nota y que Báez hizo propio como argumentos son una serie de llamados en esos días: uno de Gonella a Gils Carbó, y otros dos de la procuradora a la Presidencia de la Nación y la Secretaría Legal y Técnica que conducía Carlos Zannini, hombre de extrema confianza de la ex presidente Cristina Kirchner. El escrito aclara que todavía faltan develarse los llamados de Casanello, que podrían sumar pruebas.
Frente ello, Báez alegó que “la conducta del juez se entrelaza, complemente y coordina con la voluntad de la ex autoridades políticas del país, aspecto que rige hasta la actualidad”.
“Estas nuevas pruebas fortalecen la recusación formulada y pone de manifiesto que tenemos un juez parcial que utiliza esta causa para defenderse de un encubrimiento agravado, y en sintonía con los principales involucrados en la maniobra denunciada cuya finalidad fue siempre clara: exclusión a los funcionarios públicos y que la responsabilidad se corte en mi persona”, concluyó la nota.