Según opina toda una eminencia en la materia, el inmunólogo estadounidense Arturo Casadevall, los hongos se verán potenciados con el avance del cambio climático, y la consecuencia no será otra que la proliferación de enfermedades infecciosas de gran virulencia.
Una situación preocupante
Casadevall hizo este pronóstico durante su participación en la apertura del último Simposium Internacional de Astacología, que celebró recientemente su 21 edición en el Real Jardín Botánico de Madrid.
Casadevall explicó que las enfermedades infecciosas que afectan a los humanos “nunca van a desaparecer”, y citó el caso de la proliferación de los hongos como ejemplo preocupante, frente a otras que acaban desapareciendo o están cada vez más controladas.
El también profesor de Microbiología e Inmunología del Johns Hopkins Bloomberg School of Public Health de Baltimore afirmó que el agravamiento del riesgo que implican los hongos deben preocuparnos desde ya, pues los efectos se observarán en un futuro inmediato.
Tendremos que hacer frente a una situación complicada. No solo porque habrá más y nuevas enfermedades infecciosas virulentas para las que es complicado encontrar vacunas, sino porque además el calentamiento global provocará otras consecuencias.
Serán consecuencias difíciles de prever, pues el cambio climático y la destrucción del hábitat ocasionarán “efectos sinérgicos” que se traducirán en enfermedades infecciosas provocadas o no por los hongos.
“Esa relación que las personas mantenemos con plantas y animales hará que emerjan algunos microbios de forma agresiva”, señala. Entre esos microbios, se encuentran los hongos patógenos, sobre los cuales el experto advierte que será difícil no solo la vacunación, sino también encontrar medicamentos que permitan curar las patologías que provoquen.