Esta madera ecológica tiene un enorme potencial para convertirse en la materia prima de las edificaciones que se realicen en el futuro. No solo para hacer chozas o casas de pequeñas dimensiones, sino grandes construcciones que podrían sustituir incluso a los rascacielos tradicionales.
¿Pero, por qué en el futuro? Como es bien sabido, la sostenibilidad es un imperativo cuando se trata de reducir las emisiones de efecto invernadero y, por lo tanto, los materiales de construcción que tengan características propicias para ello y además resulten factibles tienen todas las de ganar.
En este post repasaremos los pros y contras del bambú como materia prima arquitectónica, al tiempo que repasaremos un impresionante proyecto que están demostrando hasta dónde puede llegarse con él a nivel urbano.
Pros y contras del acero vegetal
El uso del bambú como material para construir no es un invento nuevo. Muy al contrario, en los países orientales, como Japón, Vietnam o Malasia, se utiliza con este fin desde tiempos lejanos.
Actualmente, se utiliza de forma directa o como ingrediente para la fabricación de innovadores materiales de construcción, y también ha cambiado la forma de sujeción, antaño realizada básicamente mediante sogas.
Aunque ahora también se vuelva a lo antiguo, lográndose resultados sorprendentes, del mismo modo se avanza en su tratamiento, unión mediante tornillos u otras innovaciones.
Las numerosas variantes tienen que ver con la importancia que está adquiriendo no solo en tierras orientales, sino en todo el mundo. Además de influir la globalización, su “redescubrimiento” tiene mucho que ver con sus grandes ventajas como material.
Sin olvidar la ventaja añadida y, cada vez más decisiva, de la citada sostenibilidad. Como es bien sabido, su crecimiento es muy rápido, sobre todo en comparación con el de la madera.
De este modo, se le considera un recurso renovable, aunque también es cierto que tarda mucho en germinar. A su vez, se valora su gran resistencia, razón por la que se le denomina “acero vegetal”.
Su resistencia permite utilizarlo para hacer los cimientos de una construcción de igual manera que se hace con cemento y hormigón. Y es que las cañas de bambú, de distintos grosores permiten una gran versatilidad a la hora de sostener varios pisos. Bien creando estructuras ad hoc que se repiten en cada una de las alturas y/o con la técnica de los pilotes.
La durabilidad es un punto débil que podemos evitar en cierta medida mediante el adecuado tratamiento. Otros puntos fuertes son su bajo costo, su flexibilidad y generación de escasos residuos, pues casi todo en él es aprovechable.
Su versatilidad también se refiere a la posibilidad de hacer desde los aludidos cimientos hasta tejados, paredes exteriores o tabiques y columnas. Es decir, el bambú es idóneo para hacer una casa de cimientos a tejado, o para un uso puntual.
Pero no todo es tan bonito como lo hemos pintado. Entre las desventajas hemos de mencionar algunas tan problemáticas como la necesidad de contar con arquitectos, personal técnico y mano de obra especializadas.
Tampoco es fácil de solventar que carezca de poder aislante o su mala resistencia al fuego. Aún así, tiene enormes puntos a favor que lo convierten en un firme candidato a ser un material estrella en un futuro que se supone cada vez más orientado a los materiales naturales y sostenibles.
Un edificio para miles de personas
Comenzó siendo un pabellón en la exposición de Edificio de bambú para que vivan más de 20.000 personas. Tras un año de desarrollo la instalación para Beijing Design Week (BJDW) 2015 – Rising Canes fue todo un éxito.
Más que dar forma a un pabellón de un modo original, se pretendía reivindicar el uso del bambú, demostrando capacidad estructural y, con ello, sus posibilidades para la construcción. Para ello se realizó un impactante sistema estructural hecho únicamente de bambú y cuerdas.
Este mismo esquema puede utilizarse para proyectos de mayor envergadura, pues es una instalación modular que puede ampliarse a lo alto y ancho. O, lo que es lo mismo, permite dar solución de vivienda a miles de personas.
El bambú fue elegido como el material principal de construcción por sus largas raíces tradicionales en China y su fantástica capacidad estructural, así como parte de un deseo de luchar contra su actual olvido como material de construcción.
Penda es el nombre del estudio de arquitectura que ha realizado este proyecto, reconocido por los Premios A’ Design por las innovadoras posibilidades que ofrece.
Penda está ahora sumergido en la construcción de un modelo más grande en las afueras de Pekín. Su intención es construir casas así engarzadas para unos 20.000 residentes y estima que podría estar listo para 2023.
Otros proyectos ya admiran al mundo, como el del Green Village, un complejo residencial construido con bambú. En este caso, sin embargo, el encanto va más allá de sus bonitos diseños, englobándose en una filosofía de vida en comunión con la naturaleza.
La cultura tampoco falta, ya que se encuentra junto a la Green School, en Bali, en la que se educa a los niños en el uso de materiales sostenibles cultivados de forma orgánica.
Su alma mater, la diseñadora Elora Hardy, está segura de que el bambú es un material único que ayudará a caminar hacia un mundo mejor. A conseguir la tan necesaria “fuerza para ese cambio positivo hacia la sostenibilidad que hemos de hacer en nuestro futuro global”.