Llegué a ver personas teniendo sexo al aire libre; en el paso, entre los edificios, en cualquier lugar. Distraíamos a los agentes de seguridad con nuestras medallas y llevábamos personas para los departamentos”. La frase de la jugadora de fútbol estadounidense Hope Solo expuso lo sucedido en Londres 2012, pero no fue un caso aislado. En los Juegos de Invierno de Sochi 2014, las voces de los deportistas fueron más allá: relataron cómo arreglaban citas gracias a la aplicación Tinder y hasta le daban gracias a la tecnología. “Creo que lo primero que hicimos cuando llegamos a la Villa Olímpica fue registrarnos en Tinder”, reveló el esquiador Gus Kenworthy.
En la capital británica, la lujuria parece que era tan grande que los aplicativos de celulares para hallar compañeros sexuales de Tinder (hétero y homosexual) y Grindr (gay) sufrieron fallas en sus servidores por la cantidad de usuarios en la villa. Es más, The Mirror relató el colapso de las aplicaciones con la llegada de los deportistas a la ciudad y Forbes se preguntó quién ganaría los Juegos Olímpicos del sexo. Dos años después, en Sochi, Daily Mail tituló “¿Tinder es del deporte olímpico no oficial? ¿Sochi se convirtió en el Juego de las citas?”.
Por eso, no sorprende que la Villa Olímpica de Río 2016 se haya llevado el mote de “Sexódromo”. Algo que vuelve a poner contras las cuerdas a las aplicaciones. Y que hasta convirtió un aplicación interna del COI para encontrar atletas en una especie de nuevo Tinder. El “Olympic Athletes Hub” puede ser descargado por cualquier persona, pero sólo puede ser utilizado en su totalidad por los deportistas. “Era una red social con datos y números de acreditación, pero la utilizan para concretar citas”, revelan desde la Villa.
Es posible que la mudanza hacia otras opciones oficiales se produzca para evitar la exposición pública en Tinder, Happn o Grindr. “Muchos tienen miedo de abrirse una cuenta y que todos noten que están ahí”, confían deportistas argentinos en diálogo con LA NACION.
El caso de Ryan Lochte , un fanático de las apps
“En Bumble, las chicas son las primeras que tienen que hacer el movimiento y eso no me gusta mucho. No creo que sea el trabajo de ellas. Así que lo dejé y me fui a otra aplicación.. Pero no sé, vivo en Charlotte, así que eso no me funciona porque la mayoría de las mujeres con las que conectaba, estaban en Los Ángeles o Nueva York. Entonces dejé esa también y decidí bajar Tinder. scuché que fue un éxito en Sochi (en los Juegos Olímpicos de Invierno de 2014) y mucha gente estaba hablando de ello y yo pensé: ‘Voy a probarlo’. Y he estado en contacto con mujeres increíbles que son inteligentes, que son profesionistas y todo. Y en esto momento pienso ‘Wow, es perfecto’, así que últimamente estoy en Tinder”, contó en una entrevista con Cosmopolitan. Lochte forma parte del equipo de de natación de Estados Unidos que competirá en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro.