Las tareas se acumulan y el reloj no para. Los minutos vuelan y algunas personas sienten que no hay forma de que rinda la jornada laboral. ¿A quién no le pasó algo así? El día tiene 24 horas y no hay forma de cambiar eso. Pero lo que sí está en las manos de cada trabajador es la forma en que se organizan las tareas y las formas de encararlas. Aquí, algunas claves.
1. LLEGAR A HORARIO
Es fundamental llegar puntual a la oficina para poder organizar la jornada. Dedicar las primeras horas en contestar mails y planificar qué es lo que se va a hacer durante el resto del día, siempre priorizando lo más importante, puede aumentar la productividad.
2. EVITAR LAS DISTRACCIONES
El celular y las redes sociales son la principal fuente de distracción. La idea de que se puede prestar atención a 15 cosas a la vez no funciona. Además, uno termina mucho más cansado cuando tiene la atención dividida. “Una buena estrategia es dejar el celular fuera de las reuniones. Y, si es posible dejarlos en un cajón para evitar la tentación de chequear novedades, mejor”, explicó Pablo Molouny, director del portal trabajando.com
3. OGANIZAR PRIORIDADES
Esto está vinculado con el punto anterior. Para poder organizar bien el día es vital poder diferenciar lo importante de lo urgente. De este modo es posible establecer un orden de prioridades para repartir el tiempo, de manera equilibrada, entre las distintas tareas que hay que realizar durante el resto del día.
4. ENTENDER QUE NO TODO DEPENDE DE UNA MISMA PERSONA
Para poder ser más efectivo, hay que aprender a confiar en los demás y delegar tareas. Por eso es muy importante aprender a armar equipo. Es necesario saber detectar las habilidades de cada integrante y así entender qué se puede encargar a cada persona. Esto no solo es más saludable sino que también contribuye a generar mejor clima laboral, crecer y obtener logros más significativos.
5. ESTABLECER METAS
Una de las características más habituales de las personas efectivas es que tienen definidos sus objetivos a corto y largo plazo. Al fijar metas, es más sencillo evaluar cuánto tiempo y qué estrategias hay que llevar a cabo para cumplirlas. Los objetivos también funcionan como “la zanahoria del caballo”.
6. NO LLENARSE DE PENDIENTES
Pocas cosas son tan desmotivantes como tener un pilón de proyectos estancados en la mitad del camino. Para evitar acumular tareas pendientes hay que aprender a delegar, administrar bien el tiempo y establecer prioridades. “También hay que tener la capacidad de decir:´no puedo más para evitar vivir debiendo una vela a cada santo. Esto también es parte de la efectividad o eficiencia”, destacó Molouny.
7. CADA COSA EN SU LUGAR
El cuerpo necesita descansar. Un abuso en las exigencias es nocivo para la salud física y mental. Por eso siempre hay que tener espacio para comer bien, descansar las ocho horas recomendadas y para tomarse pequeños recreos durante la jornada laboral. Además es necesario dejar espacio para trabajar el cuerpo. “Las personas que realizan habitualmente ejercicio físico oxigenan su cerebro y son mucho más efectivas”, añadió Molouny.