Las 5 quejas más comunes de las mujeres sobre los probadores de los locales

El espejo y la iluminación están entre los ítems más criticados por el universo femenino.

No existe mujer en el mundo que, alguna vez, no se haya quejado por las características del probador de algún local: “el espejo no me favorece, la iluminación no ayuda y encima el espacio es muy reducido”. El sitio Vanity Fair. com realizó un exhaustivo recorrido por distintos probadores de acuerdo al target de las marcas que hay en el mercado (masiva, media y alguna que otra de lujo) y comparó las diferencias que existen en sus probadores; ¿El resultado? A continuación:

LA ILUMINACIÓN, NUESTRA PEOR ENEMIGA

Sin duda, la iluminación adentro del probador es uno de las peores obstaculos por los que tenemos que atravesar las mujeres a la hora de probarnos una prenda. “No iluminar bien es una oportunidad perdida”, aseguró José Antonio de la Rosa-Degrelle, especialista en luz comercial según publicó el sitio online. El experto descartó los focos o proyectores que provocan sombras y caras tristes y recomendó un tipo de iluminación envolvente, que favorezca al producto y a la persona que lo está comprando. Claro está que todo el tema de la “mala iluminación”, en algunos casos, está pensado para que el cliente no se fije demasiado en los detalles de las prendas y hasta tome este proceso de probarse un vestido como si fuera un trámite: entro, me lo pruebo (sin ahondar demasiado en las características de la prenda) y me voy. Distinto es en el caso de las tiendas de lujo en donde hay una luz cálida que favorece nuestro aspecto y hasta da gusto probarse las prendas, en más de una ocasión.

UNA CUESTIÓN DE ESPACIO

Según la publicación española, las marcas norteamericanas tienen probadores más grandes que las europeas. Los locales de Estados Unidos, por ejemplo, siempre son más amplios que en el resto del mundo. Esto también varía según la marca. Aquellas que son de lujo generalmente tienen probadores más amplios que las de venta masiva, algo así como un contrato silencioso en el que se expresa: “a más gasto por cliente, más metros”, asegura la publicación.

¡MALDITO ESPEJO!

Otro gran debate a la hora de comprar: ¡el bendito espejo!. Según indica el sitio online éste ítem también depende de la marca en la que estamos comprando. Las firmas más caras apuestan por el doble o triple espejo. Es más, existe una compañía norteamericana que fabrica espejos que “adelgazan” de 2,5 a 4, 5 kilos. ¡Nosotras tampoco pretendemos semejante ilusión óptica! Estaría bien con un espejo que nos permita ver la prenda desde distintos ángulos y nos muestre tal cual somos.

PUERTA VS. CORTINA

Acá, vuelve a aparecer la relación que nombramos anteriormente: si vas a comprar una prenda de gran valor, entonces nosotros te damos más intimidad a la hora de utilizar el probador. Si de cortina se trata, Vanity Fair también hace una distinción entre los distintos tipos que existen en los locales. ¡Sí, existe un submundo de las cortinas! No es lo mismo aquellas que son simples y claritas que las que son dobles, pesadas y con varias capas. Estas últimas, transmiten más privacidad y seguridad que las primeras. Ni hablar de aquellas que se deslizan con total suavidad.

CON SILLAS, BANCOS O PERCHEROS

Si bien no es un ítem fundamental, está bueno que adentro de los probadores haya un espacio donde dejar la cartera y el abrigo que traemos con nosotras. Banco, banquito, silla, puff, perchero, etc.