Diego Lagomarsino estuvo durante más de nueve horas ante el juez que investiga la muerte de Alberto Nisman, Julián Ercolini. El asesor informático aseguró que su relación con el fiscal era de “amo-esclavo” y se largó a llorar varias veces durante su declaración. Fue la primera vez que la Justicia lo indaga en calidad de imputado como supuesto partícipe necesario en el presunto asesinato del hombre que investigaba el atentado a la AMIA.
Lagomarsino afirmó que Nisman le pidió su arma por seguridad y reveló que el fiscal lo llamaba 30 veces al día. También, señaló que fue el exfuncionario judicial el que le pidió que su nombre apareciera en los registros de una de sus cuentas bancarias. “Esta causa me arruinó la vida”, remarcó.
El técnico llegó custodiado a los Tribunales de Comodoro Py, con sus movimientos supervisados a través de una tobillera electrónica con GPS que se activa si se aleja más de cien kilómetros de su casa. En la indagatoria estuvieron el juez Ercolini, el fiscal federal Eduardo Taiano y la defensa del acusado. Tras escuchar la acusación en su contra, el asesor informático empezó a declarar y respondió preguntas.
La declaración de dio después de que se conociera un informe de Gendarmería que indicó que al fiscal lo mataron entre el 17 y 18 de enero de 2015 con un arma registrada a nombre de Lagomarsino, como parte de un plan orquestado para simular un suicidio. Así, la justicia federal lo interrogó por primera vez a casi tres años de la aparición de Nisman con un balazo en la cabeza en el baño de su departamento. El técnico informático ya había declarado en la causa, pero como testigo cuando el caso se tramitaba en el fuero criminal ordinario.
En el dictamen de más de 1.000 carillas firmado por Taiano, que derivó en la citación a indagatoria del asesor y de los cuatro excustodios del fallecido fiscal, se lo acusó de haber prestado una colaboración necesaria en el homicidio cometido entre las 20 del sábado 17 de enero de 2015 y las 10 del domingo 18.
El crimen habría sido llevado adelante por uno o más desconocidos que lograron entrar al departamento de Nisman, lo atacaron y lo llevaron al baño que estaba en suite con su dormitorio para matarlo de un disparo en la cabeza. El arma usada es la que Lagomarsino declaró ante la Justicia que le había prestado la tarde anterior al fiscal, porque tenía miedo.