La paritaria del sector metalúrgico, uno de los que también sufre por el cambio de política económica, cerró finalmente su paritaria, en un 35% que se hará efectivo recién en abril del próximo año.
Los gremialistas y las cámaras empresarias estuvieron reunidos durante varias horas de la tarde del lunes, mientras la amenaza de nuevas medidas de fuerza de los trabajadores quedaban en espera de los resultados, que finalmente dieron a todos por satisfechos. “Acordamos tres cuotas: una primera recomposición del 20% para abril, y otras dos subas del 7% en julio y 6% en octubre”. A eso hay que sumar dos pagos “únicos” de 2.000 pesos cada uno, en noviembre y febrero, para llegar al 35% prometido a los sindicalistas, y eliminar esa diferencia de tres puntos que llevaba semanas trabando la negociación.
De esta forma, los más de 250 mil afiliados al gremio de la industria metalúrgica comenzarán a percibir el próximo mes el primer tramo del incremento.
El propio Antonio Caló, titular del sindicato, participó de las negociaciones hasta que debió acudir a la Casa Rosada. Al salir del ministerio de Trabajo, había dejado una frase picante: ”la diferencia entre lo que pedimos y lo que ofrecen son dos pizzas, como dicen en el gobierno. De ellos depende que nos vayamos con un acuerdo o que, como establecimos en asambleas, el jueves movilicemos a Plaza de Mayo”. Con el correr de las horas, las distancias se achicaron y llegó la paz.