La UBA ganó por primera vez la prestigiosa competencia Jessup de Derecho Internacional

La Universidad de Buenos Aires triunfó tras más de dos décadas de participaciones. A quién venció en la final

Los intensos meses de preparación que atravesó el equipo de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires tuvieron su merecida recompensa, ya que alcanzó lo más alto del podio en la competencia de Derecho Internacional Philip C. Jessup, luego de vencer a la Universidad de Pensilvania, de Estados Unidos.

El concurso de simulación Philip C. Jessup es el más importante del mundo en su tipo, con participantes de más de 600 facultades de más de 80 países.

Organizado por la International Law Students Association (ILSA), se trata de una simulación en una disputa entre Estados ficticios ante el órgano judicial de la Naciones Unidas: la Corte Internacional de Justicia. Representando a ambas partes del argumento, cada equipo Jessup debe preparar los alegatos y responder preguntas formuladas en cada ronda por un panel de jueces.

EL EQUIPO DE LA UBA HABÍA CLASIFICADO A LAS RONDAS INTERNACIONALES TRAS VENCER EN LA FINAL DE LAS NACIONALES A LA UNIVERSIDAD TORCUATO DI TELLA

Desde hace aproximadamente 20 años, la Facultad de Derecho de la UBA participa en el certamen. Con el correr de los años, presentando diferentes equipos, la UBA ha logrado resultados notables, compitiendo contra las mejores universidades del mundo.

El equipo que se consagró en Washington estuvo integrado por los estudiantes Julián Rotenberg, Belén Ibañez, Carolina Catanzano, María Laura Pessarini y Adriana Camaño. Todos ellos bajo la coordinación académica de Sebastián Green Martínez. Este grupo logró algo nunca antes conseguido: luego de vencer al King’s College de Londres en cuartos de final, a la Universidad Hebrea de Jerusalén en semifinales, y a la Universidad de Pensilvania en la final, se alzó con el trofeo y fue galardonado como el mejor del mundo. Además, uno de los estudiantes de la UBA, Julián Rotenberg, fue nombrado mejor orador de la final.

El logro es aún mayor dado que los jueces de la final no eran ficticios, sino verdaderos jueces de la Corte Internacional de Justicia: Christopher Greenwood (Reino Unido), Hisashi Owada (Japón) y Bruno Simma (Alemania).