onathan, ya había obtenido el récord como el animal terrestre vivo más antiguo del mundo y ahora es la más longeva de todas las tortugas, acuáticas y galápagos.
“Para ser honesto, sospecho que es mayor, pero nunca podremos saberlo”, dijo Joe Hollins, el veterinario que atiende a Jonathan en la isla de Santa Elena, un pequeño territorio ubicado a más de 1.800 kilómetros de la costa de África, donde vive el ejemplar.
Jonathan ha pasado la mayor parte de su vida deambulando por los terrenos de la residencia del gobernador de Santa Elena, conocida como Plantatios House.
Pesa unos 200 kilos y se estima que nació en 1832, según una carta que menciona que llegó “completamente adulto” a Santa Elena en 1882 desde las Islas Seychelles en el Océano Índico, relató el veterinario. “Completamente desarrollado” en el contexto de las tortugas significaba al menos 50 años, explicó.
Una foto tomada entre 1882 y 1886 muestra al animal pastando en Plantation House, donde fue presentado al gobernador de Santa Elena como regalo, según Hollins.
“Era bastante tradicional que (las tortugas) se usaran como obsequios diplomáticos en todo el mundo, si no se comían primero”, relató.
Según un artículo de The Washington Post, además de Jonathan, Hollins se preocupa por las otras tortugas que viven en la isla de apenas 16 kilómetros de largo. También dirige un equipo que se encuentra al cuidado de los gatos, perros, vacas, ovejas, cabras, burros y cerdos de la isla.
“Me encanta cuidarlo”, dijo Hollins. “Es una gran responsabilidad, pero un honor y un privilegio para un veterinario atender las necesidades del animal terrestre vivo más antiguo que se conoce en el mundo”, añadió.
En su extensa vida, la tortuga ha visto ir y venir a 31 gobernadores de Santa Elena y probablemente estaba viva para la segunda toma de posesión del presidente Andrew Jackson en 1833, así como para las tomas de posesión de los siguientes 39 presidentes de EE. UU.
“Si bien las guerras, las hambrunas, las plagas, los reyes y las reinas e incluso las naciones han ido y venido, él ha seguido adelante, totalmente ajeno al paso del tiempo”, reflexionó su cuidador.
“Jonathan es un símbolo de persistencia, resistencia y supervivencia y ha alcanzado un estatus icónico en la isla”, aseveró.
“Él conoce mi voz y viene a mí como un perro, pero tengo que aceptar que es principalmente pavloviano porque me asocia con la comida”, dijo. El veterinario reveló que Jonathan ahora está ciego y ha perdido el sentido del olfato, pero todavía tiene un apetito saludable.
Durante más de una década, ha alimentado a mano a la tortuga asegurándose de ponerse gruesos guantes de soldador para proteger sus dedos del afilado pico de Jonathan. “Incluso a través de los guantes, he perdido dos uñas”, dijo Hollins. “Pero realmente amo a este gran reptil crujiente. Es un caballero de tortuga”, lo definió.
Cuando Hollins fue contratado como veterinario por el gobierno de Santa Elena, dijo que Jonathan tenía problemas de salud ya que tenía una deficiencia de vitaminas, minerales y oligoelementos, que pronto se corrigió con una ingesta semanal de productos frescos. “Ha resucitado, así que ahora no podemos parar”, dijo.
“Cuando se vaya, será difícil, aunque somos realistas y estamos preparados”, agregó Hollins, y señaló que los estudios muestran que las tortugas gigantes no envejecen como los humanos , sino que simplemente se desgastan o mueren después de una lesión. “Con buen cuidado y atención”, dijo, “Jonathan aún puede ver a muchos de nosotros en nuestras tumbas”.