Lujo sustentable, anclado en los valores de la cultura slow que tiene algo más de 10 años, pasó de ser una propuesta experimental a volverse una premisa “obligatoria” para que las marcas premium sigan siendo consideradas como tales. Desde entonces, una serie de factores socio-económicos-ambientales hicieron que la industria de la moda tuviera que repensar su manera de hacerse a sí misma. Activistas, diseñadores y consumidores responsables hicieron posible que la nación de lujo se relacione más con la sustentabilidad que con la ostentación y el derroche.
Este tipo de lujo nos propone volver a la compra responsable, a la producción artesanal y a la belleza de los materiales en todo sentido. Nos pone frente un nuevo paradigma que poco tiene que ver con el valor simbólico que pudo lograr una marca, y mucho con el respeto por lo social y lo ambiental.
Las marcas de lujo sustentable llevan adelante procesos que respetan el medioambiente y a toda la cadena de producción. Promueven el trabajo digno y están en contra de la explotación infantil. Asumen la responsabilidad en el uso de recursos naturales y la manipulación de materias primas, entre otros. Se comprometen a la revalorización de quienes se ven involucrados en el proceso de producción. Y aspiran a mejorar la calidad de vida de la comunidad, enfocándose en la sustentabilidad. Valoran la manufactura artesanal, apreciando el carácter único y la calidad de cada pieza.
¿Cómo sé si mi marca de lujo favorita es sustentable?
En el mercado existen diferentes sellos que respaldan a las marcas premiun con este tipo de consignas para su desarrollo y actúan como insignia para que el consumidor sepa las acciones positivas que lleva adelante su firma preferida.
A nivel internacional contamos, entre otros, con el sello Positive Luxury a cargo de la argentina -radicada en Londres- Diana Verde Nieto, que responde por las acciones positivas que realizan las empresas de moda más exclusivas. A nivel nacional, existe el sello Buen Diseño Argentino, que avala algunos de los puntos señalados como requisitos indispensables para el desarrollo sustentable.
No todas las tiendas que siguen este concepto llevan adelante todas las acciones mencionadas, y en nuestro país queda mucho por hacer en este sentido. No solo desde las condiciones de producción a las que tienen acceso las empresas para lograr un producto de calidad sostenible, sino también desde nuestra cultura de consumo de lujo.
¿Responsabilidad social es lo mismo que desarrollo sustentable?
En su mayoría, las marcas de lujo llevan adelante acciones de responsabilidad social. Este punto es relevante porque aportan al bienestar común de la comunidad. Una marca premiun que realiza acciones de responsabilidad social está en el buen camino, pero una marca que se preocupa por el desarrollo sustentable es la que se convertirá en agente del cambio.
Entre las marcas premium pioneras, en este sentido, podemos mencionar a la marca de bolsos de lujo Oliver Cabell, su creador Scott Gabrielson, montó un modelo de negocio, que funciona únicamente online, en donde la transparencia de la venta es el eje y la producción sustentable el motor. En la ficha de cada producto podés ver el costo de inversión, su ganancia y el modo en el que se hizo. Su propuesta lleva adelante la bandera del precio justo, uno de los pilares de este modelo. Para demostrarlo asegura que “los bolsos de las marcas de lujo remarcan su costo por 12 sobre su precio de producción (llegando a un valor promedio de U$S 1.320), mientras que la marca sólo aplica un 2.2 sobre su costo de producción (logrando productos de lujo a US$ 240)”, según la info que figura en la web.
Otras de las marcas pioneras, pero en el ámbito de la belleza es L’Oréal. La marca premium, a conciencia, propuso cumplir una serie de objetivos al 2020. El desafío se llama Sharing Beauty with All, y con éste asume un compromiso sustentable para con la comunidad sobre cuatro ejes: reducir el impacto medioambiental, respetar la biodiversidad, optimizar el packaging y trabajar por la desforestación cero.
En nuestro país podemos mencionar marcas como Carro que fabrica accesorios, y basa su producción en el reciclado materiales que utiliza como materia prima o Quier, marca de indumentaria, que asume un compromiso de producción sostenible para sus prendas atemporales. Silvia Querede, una de sus diseñadoras y alma máter de la marca, participa de la reciente publicación “El diseño posible. Paradigmas, mercado e identidad del diseño de indumentaria y textil en Argentina¨, editado por el Instituto de diseño e investigación de la Universidad Nacional del Noroeste de Buenos Aires (UNNOBA).
El cambio exige que las marcas tomen medidas serias y a conciencia en cuanto a su desarrollo, por eso es tan importante innovar en modelos de negocio que promuevan la sustentabilidad, como plantear objetivos reales a largo plazo.
Por Gaby Gómez Gómez del Río, licenciada en comunicación y editora de El Diario del Traje.