Una mujer fue procesada por obligar a su hija de 17 años a abortar un embarazo de 16 semanas de gestación, un delito que contempla penas de entre tres y diez años de cárcel.
El hecho se conoció luego de que la chica tuviera que ser atendida en el Hospital Rivadavia en agosto de 2016, una semana después de haber interrumpido contra su voluntad el embarazo. Desde el primer momento sus padres se negaron a que tuviera el bebe. “Vamos a tener que hacer un aborto”, le dijeron.
Ante la negativa de la chica, la madre insistió. Un día hizo ingresar a su casa de Crisóstomo Alvarez al 2700, en Flores, a una mujer, cerró la puerta con llave, tomó el celular de su hija y le explicó que debía interrumpir el embarazo mediante la ingesta de pastillas abortivas.
“Tomalas, hacelo por tu papá y por tu familia”, le dijo. Pese a su negativa, ante tanta insistencia y presión se vio obligada a tomar las tres pastillas. Luego fue trasladada a la habitación de sus padres donde la desconocida le habría colocado otras tres píldoras en su vagina, con las que se forzó el aborto, describe el expediente.
La adolescente se fue a vivir a casa de una tía y su madre fue procesada. “Su rol de progenitora jugó un papel preponderante, que acompañó con actos concretos que determinaron la voluntad de la menor”, opinaron los jueces Marcelo Lucini, Rodolfo Pociello Argerich y Mariano González Palazzo de la Cámara del Crimen sobre Margarita Marlene Sandoval Morales.
