Según un estudio de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), el continente negro tiene un presente muy poco verde en las ciudades y la consecuencia no es otra que el aumento de enfermedades y de muertes prematuras.
Las dimensiones del problema son realmente abrumadoras. Sin ir más lejos, este tipo de contaminación se cobra más vidas que la malnutrición infantil. Así de duro y de cierto, con el agravante de que su avance además es muy rápido.
A tenor de éste informe y de otros muchos relativos a lo dañina que resulta la polución para la salud, si los cuatro jinetes del Apocalipsis son el hambre, la guerra, la muerte y la peste, la polución del aire puede considerarse uno más. Así, al menos, lo sugieren las cifras de mortandad que provoca.
Muertes prematuras por la polución del aire
Cifras preocupantes. Escalofriantes, si nos paramos a pensar tan solo unos segundos en las tragedias personales que esconde cada una de ellas. Además, no se trata de algo nuevo. Los resultados del estudio de la OCDE, de hecho, van en la misma línea que los de la OMS, que consideran la mala calidad del aire una emergencia de salud pública mundial.
Sin embargo, el informe sí es único en su género. En concreto, se señala que las muertes prematuras asociadas a la polución del aire han aumentado un 36 por ciento entre 1990 y 2013, hasta alcanzar alrededor de un cuarto de millón de decesos.
Aunque la mortandad asociada a la polución interior, aquella que encontramos en espacios domésticos, es muy superior (en 2013 alcanzaba las 466.000 muertes), lo grave de la polución urbana es su veloz evolución, puesto que avanza dos veces más rápida.
En cuanto al coste, sin embargo, ya es similar. Si ésta supuso un coste de 215 mil millones de dólares en 2013, la polución del aire en exteriores ronda los 232 mil millones de dólares, según el estudio. Su suma, de nuevo, arroja unas cifras que asustan.
Por otro lado, sumar ambos tipos de polución y las muertes prematuras que provocan todavía agrava más la situación. Sea como fuere, ambas constituyen una fuente de intoxicación importante, que puede tener consecuencias fatales tanto para personas sanas como, en especial, si son enfermos crónicos.
Polución urbana
La polución urbana tiene aquí un perfil muy característico. Aunque la polución producida por el transporte es un factor importante (además abundan los vehículos sin convertidores catalíticos), hay otros factores no menos decisivos, que contribuyen a disparar las muertes tempranas. Entre otras, la combustión de basuras, el uso de generadores de gasoil o la cercanía de las industrias.
El estudio también atribuye el agravamiento de la polución a determinados fenómenos naturales, como las tempestades de polvo que vienen del desierto o la frecuencia de fuegos en los bosques.
Planificar el crecimiento urbano
La degradación ambiental es una de las consecuencias más graves que acusan las ciudades africanas que están creciendo de forma acelerada. De acuerdo con el informe, el problema específico que está sufriendo la población urbana en este continente es la rapidez del crecimiento de las ciudades.
El trabajo afirma que éstas duplican el ritmo al que lo hicieron las ciudades europeas en su día. Sin dejar de reconocer que se trata de un claro progreso, también alertan sobre los costes sociales y ambientales que ello supone.
La planificación es la única manera de evitar que las cifras sigan aumentando. Por otro lado, hay que tener en cuenta que otros países emergentes o en desarrollo presentan cifras aún peores, pero no por ello hay que dejar de lado esta problemática, apuntan los autores.
Sobre todo, teniendo en cuenta que el continente está inmerso en un boom de urbanización, junto con Asia. Ambos continentes incrementarán sus ciudades en 2.100 millones de habitantes en los próximos 35 años. Un panorama que presenta tantos desafíos como oportunidades, puesto que también representa una oportunidad de inversión histórica.
Siempre, eso sí, que se potencien e implementen dentro de unas políticas adecuadas, en las que el desarrollo económico sea compatible con el respeto ambiental. A tal fin contribuirá una bonanza económica que la OCDE pronostica. Siempre que “se fortalezca la economía global y que los precios de las materias primas se recuperen de forma gradual”, se espera que el continente africano acelere su crecimiento.
Actualmente, como hemos apuntado, la situación es ya insostenible. A día de hoy, en pleno crecimiento urbano, los africanos que viven en las ciudades son víctimas del un aire cada vez más insano. No en vano, la polución del aire exterior ocasionan más muertes que la de los niños malnutridos, otra de las principales causas de muertes prematuras que sufre el continente de forma endémica.
En concreto, el estudio apunta que Nigeria, Etiopía y Egipto son los países más afectados por los efectos de la polución del aire en el exterior. Un drama ambiental que se suma a otros no menos graves, como la mencionada malnutrición o, si se quiere, el hambre, y el acceso a recursos básicos, como el agua potable.
Son datos contenidos en el informe que publica la OCDE anualmente sobre la evolución del continente, en colaboración con Naciones Unidas, un documento que en 2016 enfoca su análisis a la transformación urbana que está experimentando desde finales del siglo pasado. Hasta ahora, ningún otro estudio había analizado esta degradación masiva del aire, pero ahora ya no hay excusas.