¿La personalidad influye en el sobrepeso?

Un estudio del Instituto Federal Suizo de Tecnología reveló cómo el carácter puede llevar a hábitos alimenticios poco saludables

Existen múltiples métodos, miles de especialistas y millones de centros para adelgazar en el mundo, pero las estadísticas de sobrepeso y la obesidad siguen en aumento. ¿Qué hay detrás de estas paradojas?, ¿las dietas no funcionan? Un nuevo estudio suizo tiene una teoría: la razón de este fracaso radicaría en la personalidad.
El sobrepeso y la obesidad, son considerados como males sociales en crecimiento. El último trabajo de la Organización Mundial de la Salud reveló que mueren, como mínimo, 2,6 millones de personas al año a causa de estas enfermedades. En Latinoamérica, lo sufren el 61% de los adultos, un 20% más que hace tres décadas.
Un equipo de investigadores del Instituto Federal Suizo de Tecnología envió tres cuestionarios de manera aleatoria a un millón de personas. Las encuestas ahondaron en la personalidad, hábitos alimentarios y elección de alimentos. Después de excluir a los sujetos que no contestaron el 10% de las preguntas, se analizaron los datos de casi todos los participantes (con una edad promedio de 55 años).
EN LATINOAMÉRICA UN 61% DE LOS ADULTOS ES OBESO O TIENE SOBREPESO
El primer cuestionario, elaborado por psicólogos especialistas, indagó en las cinco dimensiones básicas de la personalidad: apertura, escrupulosidad, extraversión, agradabilidad y neuroticismo. El objetivo fue el de cuantificar hasta qué punto los distintos rasgos se correlacionan con ciertos hábitos alimenticios.
Las conclusiones generales del trabajo sugieren que ciertas características de la personalidad pueden ser “factores de riesgo” para sufrir sobrepeso.
“Hemos descubierto que la personalidad puede determinar lo que una persona come”, explicó Carmen Keller, autora principal del estudio.
“LAS PERSONALIDAD TIENE MÁS INCIDENCIA QUE EL CONTROL DE CALORÍAS O EVITAR LAS GRASAS TRANS”.
Para Tim Boggs, profesor asistente de psicología en la Universidad Estatal de Wayne, experto en el nexo entre la escrupulosidad y la salud, “estos resultados se suman a una creciente evidencia que demuestra la importancia de los rasgos de personalidad y cómo se relacionan con comportamientos más o menos saludables, incluyendo una dieta sana”.
Por su parte, Fiona Johnson, investigadora de College University de Londres, consideró que el trabajo ayuda a las personas a entender “que los rasgos de personalidad son bastante estables durante toda la vida” y que “la comprensión de la conexión entre ellos y los hábitos alimentarios podrían ofrecer nuevas e importantes oportunidades para un mejor seguimiento y control de los hábitos alimenticios”.
“La falta de conciencia lleva a la gente a comer impulsivamente y perder el autocontrol cuando enfrenta situaciones relacionadas a alimentos tentadores, que lucen y huelen bien”, agregó Keller.
Los dos grupos que mostraron mayores evidencias sobre cómo su personalidad afectaba sus hábitos alimenticios fueron los neuróticos y los extrovertidos.
“LOS NEURÓTICOS PUEDEN COMER EN EXCESO ALIMENTOS RICOS EN CALORÍAS PARA HACER FRENTE A SUS EMOCIONES NEGATIVAS”.
Con respecto a los sociables, los investigadores aseguraron que el resultado los sorprendió: comen más debido a razones externas -como un agradable olor o el sabor de la comida- y, a su vez, consumen más carne, alimentos dulces, alimentos salados y las bebidas con azúcar.
“Una posibilidad de este comportamiento es que las extrovertidos tienen a tener más reuniones, encuentros, almuerzos. Por ende, al tener más comidas con otras personas aumentan sus posibilidades de consumir alimentos poco saludables”, explicó Keller.
Los resultados demostraron que algunas piezas del rompecabezas para mantener una dieta saludable en el largo plazo están relacionadas con tendencias generales para la regulación de las emociones y el autocontrol.
“La superación de estas tendencias fundamentales puede ser muy difícil , y la identificación de formas en que la gente puede aumentar su capacidad para controlar su alimentación (autorregulación) es el próximo gran reto en la investigación acerca de comer”, finalizó Johnson.