Sangre en la Boca (Argentina-Italia/2015) / Dirección: Hernán Belón / Guión: Hernán Belón y Marcelo Pitrola basado en el cuento homónimo de Milagros Socorro / Fotografía: Guillermo Nieto / Montaje: Natalie Cristiani / Dirección de arte: Marcela Bazzano / Música: Luca Ciut / Elenco: Leonardo Sbaraglia, Eva de Dominici, Erica Banchi, Osmar Núñez, Claudio Rissi / Distribuidora: Distribution Company / Duración: 97 minutos / Calificación: apta para mayores de 16 años, con reservas / Nuestra opinión: buena
En varias oportunidades, la cinematografía local se insertó en la temática del boxeo. Baste recordar títulos tan emblemáticos como Gatica el Mono o Carlos Monzón. El segundo juicio para demostrar que ese deporte bien puede convertirse en historias cargadas de dramatismo y violencia. El director Hernán Belón vuelve, con Sangre en la boca, a ese mundo para contar la historia de Ramón Alvia, un boxeador profesional que, si bien ha ganado varios campeonatos internacionales, ya tiene casi 40 años y está al final de su carrera. En su pelea final defiende el título sudamericano de su categoría y, tras un duro combate y compensando la falta de resto físico con las argucias que le dio la experiencia, logra un ajustado triunfo. Decide entonces retirarse para dedicarse a su esposa y a su hijo. Pero en cuanto comienza una nueva vida como dueño de un local de indumentarias boxísticas ya está deseando retornar a los rings y decide convertirse en entrenador de jóvenes boxeadores. Así descubre a Débora, una bella joven llegada del interior que quiere convertirse en boxeadora profesional. Pronto comenzarán a vivir una apasionada conexión sentimental con la que él siente que recupera su vigor y su juventud.
La trama, bien urdida por un guión que contiene a cada paso el accidentado devenir de esa pareja, transita sobre la base de escenas de peleas boxísticas rodadas con indudable calidad técnica y de secuencias de sexo, sello ineludible para que el dúo de personajes centrales se desee y se odie al mismo tiempo.
Belón supo imprimir calidad y fuerza a este entramado que habla tanto de un amor desenfrenado como de la necesidad de volver a resucitar los casi moribundos sueños de ese hombre que ya había perdido su ilusión de retornar a los cuadriláteros. Leonardo Sbaraglia aporta la necesaria intensidad a ese boxeador que halla una nueva ilusión para su vida, en tanto que Eva de Dominici sale airosa de un papel de nada fácil composición, en tanto que el resto del elenco y los rubros técnicos apoyaron con fluidez este film que combina, en partes iguales, la violencia de los puños con el deseo sexual de sus protagonistas.