Esta hormona del amor es un elemento fundamental para reforzar la efectividad, por ejemplo, en el caso de madres e hijos durante la lactancia, al igual que es una hormona que define la pertenencia a un grupo social, conductas sexuales y relaciones de pareja.
Estos análisis llevados a cabo demuestran que las personas que dicen querer más a sus perros son las que más les miran a los ojos, lo que indica que la mirada es un factor fundamental en la relación entre ambas especies. Cuanto más mira un perro a su amo, señalan los autores del estudio, más aumenta el nivel de oxitocina u hormona del amor tanto en la persona como en el animal.
En otro experimento, los cuidadores hay suministrado oxitocina a un grupo de perros antes de empezaran a comunicarse e interactuar con sus amos. El resultado fue que los animales miraran más y de una forma más fija a sus dueños.
La sensación de cariño que siente un perro cuando ve a su dueño ha sido más que acreditada. En este sentido, el vínculo existente entre un perro y su amo es similar al existente entre un bebé y su madre. Esta especial conexión es favorecida por la oxitocina, una hormona del amor que opera en el cerebro y en el cuerpo de perros y seres humanos. Entre sus aportaciones, esta hormona contribuye a reducir el estrés, fortalecer y potenciar las relaciones sociales, fomentar la confianza, etc. Cuando se produce un contacto físico, un abrazo, o un cruce de miradas con seres queridos, esta hormona se libera de forma natural.
Los perros reconocen nuestra sonrisa y a base de observarnos pueden leer e incluso interpretar nuestros gestos y las emociones que se reflejan en nuestro rostros, así como sentir nuestras palabras y el tono con que las decimos, etc. De nuestras mascotas podemos conocer mucho sobre cognición y sobre percepciones nuestras incluso.
¿Qué es la oxitocina, la hormona del amor?
La hormona del amor molécula pequeña y antigua, compuesta por nueve aminoácidos primarios, que tiene su origen en mantener compensado los niveles de sal y de agua. A medida que fue evolucionando, se vio en esta hormona cualidades para interactuar en la reproducción y en el parto, extendiendo sus efectos a la pareja, la familia, etc. Los últimos estudios trascienden las relaciones humanas y se están llegando a interesantes conclusiones sobre la influencia de la oxitocina entre personas y perros.
Los investigadores están comprobando que incluso los lobos no dan respuesta a la mirada humana, ni siquiera cuando han sido criados por seres humanos. La consecuencia es que esta forma tan “humana” de estrechar lazos ha ido desarrollándose entre perros y humanos, a lo largo del tiempo.
Uno de los experimentos llevados a cabo estuvo dirigido a analizar el comportamiento de 30 perros y sus dueños mientras los animales permanecían aislados media hora en el espacio destinado a la prueba. Se anotaron las veces en que los dueños acariciaban, miraban e interactuaban con sus mascotas.
En una segunda fase se midieron los niveles de oxitocina en la orina de personas y animales, comprobando como el contacto entre ambos había conseguido incrementar los niveles de la hormona del amor en el cerebro, tanto de los canes, como de sus propietarios.
Los datos de estas pruebas son concluyentes: el contacto ocular continuo y sostenido entre los perros y sus dueños afianza la unión y los beneficios de la convivencia mutua. Esta es una de las explicaciones a las ventajas de tener una mascota, en especial para personas con algún tipo de dificultad, como ancianos o en niños con trastorno del ámbito autista.
La clave de todo está en el aumento de oxitocina, que disminuye los niveles de estrés. Además se potencian las relaciones sociales, de ahí que se haya propuesto las terapias con perros como tratamiento para diferentes patologías.
Los perros aportan sin duda un efecto terapéutico y sin efectos secundarios. Cada vez se utilizan más los beneficios de estas terapias, en el ámbito doméstico, y también en sanitario por profesionales médicos.