La nueva CGT está en marcha

Los gremialistas advirtieron por la inflación y plantearon una agenda de defensa de los puestos de trabajo, sin proponer un plan de lucha.

“¡Hay una sola CGT! ¡Hay una sola CGT!” El locutor Jorge Formento, una de las voces históricos de Feliz Domingo, fue el maestro de ceremonias del acto de unidad de la Confederación General del Trabajo (CGT). Hubo críticas la Gobierno, pero sobre todo mensajes hacia adentro, a los sindicatos que no adhirieron a la nueva conducción. No hubo, en cambio, advertencia de medidas de fuerza concretas.

En eso coincidieron los seis discursos que le pusieron fin al congreso de la CGT en Obras Sanitarias, en el barrio porteño de Núñez. Será el momento de la unión y de intentar plantearse como el único interlocutor válido del movimiento obrero con el Gobierno. La decisión de plantear o no medidas de fuerza se tomará más adelante.

Se sucedieron en la palabra los conductores salientes de las tres CGT, Luis Barrionuevo, Antonio Caló y Hugo Moyano, y la conducción colegiada que asumió hoy, compuesta por Carlos Acuña (Estaciones de servicio), Juan Carlos Schmid (Dragado y Balizamiento) y Héctor Daer (Sanidad).

“Aquellos que no están es porque no quisieron estar”, arrancó Barrionuevo con las críticas hacia los que no participaron de la unidad. Se refería a Gerónimo “Momo” Venegas (peones rurales), Sergio Palazzo (bancarios) y la Mesa de Acción Sindical (MASA) de Omar Viviani.

Barrionuevo se mostró como la pata más oficialista de la CGT unificada. “Nos esperan momentos difíciles, nos va a ser mas difícil sostener a través de la democracia a este gobierno”, dijo. Luego rechazó a “aquellos que quieren imponer medidas de fuerza cuando recién estamos consagrando la unidad del movimiento obrero, es una falta de respeto”

El metalúrgico Caló fue más crítico con el gobierno de Mauricio Macri y se mostró preocupado por la apertura de importaciones desde China, que pone en riesgo a las industrias manufactureras. “El país está preocupado. Tuvimos problemas con lo tarifazos, tenemos problemas con la inflación, con la importación. Qué nos queda a los que trabajamos en la industria. Quieren que nosotros compitamos con China y es imposible”, dijo.

Si la preocupación hasta hace unos meses era el impuesto a las Ganancias, Caló enfatizó la nueva agenda: “Los trabajadores y el movimiento obrero vamos a salir a defender los puestos de trabajo y la comida argentina”, dijo.

Moyano cerró los discursos de la conducción saliente. “Entendimos desde hace un tiempo que teníamos que juntarnos para encarar en conjunto la fortaleza que tiene el movimiento obrero organizado, para que entiendan y sepan que los trabajadores no nos rendimos”, dijo. “Al movimiento obrero no lo doblega nadie, por más que quieran asustarnos”, agregó.

Luego fue el turno de los discursos de la nueva conducción colegiada. Acuña, el alfil de Barrionuevo, se quejó por la inflación. “Hoy tenemos la unidad del movimiento obrero para llevar los reclamos de todo lo que piensan los trabajadores del país. No nos olvidemos que se comprometieron a un 25% de inflación y no le erraron por poco, hay casi el doble”, afirmó.

Y dedicó una línea al “Momo” Venegas, el referente de los peones rurales alineado con el Gobierno que impugnó esta tarde el congreso de la CGT: “Siempre los patrones de estancia tuvieron algún alcahuete de turno”, lanzó.

Juan Carlos Schmid, el portuario que responde a Moyano, advirtió: “Estamos frente a un viraje hacia la derecha. La derecha viene en búsqueda de nuestras conquistas. Y por eso tenemos que prepararnos, para que el regreso de las viejas recetas económicas no se convierta en una fogata social”. Schmid habló de la precarización laboral y planteó como objetivo “abrirse en una estrategia hacia los movimientos sociales”.

Héctor Daer, el hombre que propusieron los gremios de más peso, también dedicó párrafos a fustigar a quienes no se acoplaron a la unidad de la CGT y puso el énfasis en la defensa de los puestos de trabajo. “Es verdad que tenemos inflación, impuesto a las Ganancias, pero tenemos que pensar si elegimos comprar algún producto barato a cambio de hacer pelota los puestos de trabajo argentino. Eso no lo podemos permitir. Es la agenda de fondo que no podemos dejar pasar”, dijo.

Daer y Caló se quejaron de los empresarios que comenzaron a importar televisores, heladeras y juguetes en perjudicio de la producción nacional.